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   No. 45 - Junio 1995
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Drogas


No. 45 - Junio 1995

DROGAS

La planta sagrada de los incas

por Diana Cariboni

Una planta sagrada, la coca (Erythoxylum Coca) ha servido desde hace miles de años a hombres y mujeres que apreciaron sus virtudes y se sirvieron de sus hojas para alimentarse, curarse y superar el agotamiento.

La ciencia occidental extrajo de la planta de coca, hace apenas cien años, uno poderoso alcaloide. Este, la cocaína, ha alimentado sueños y pesadillas de varias generaciones. Ilegalizada la cocaína y perseguido su consumo, la planta de coca fue satanizada y se intentó erradicar incluso su empleo cotidiano y ritual. Mientras tanto, los descendientes de los incas prefieren seguir mascando la hoja de coca.

El siguiente informe recoge parte de un trabajo elaborado por un grupo de estudiantes españoles, del Instituto Quevedo de Madrid, y editado por IEPALA Editorial. Según los editores, las alumnas y alumnos del Instituto Quevedo -"enclavado en uno de los barrios madrileños más poblados, según la propaganda, de yonkis y camellos de la periferia de Madrid"- eligieron el tema y trabajaron en una larga y rigurosa investigación.

Primera historia, la coca

Una detallada descripción de los contenidos químicos de la hoja de coca concluye que por ser rica en aminoácidos, ácidos y vitaminas, la coca es la planta más completa de la tierra en nitrógeno no proteico, que elimina las toxinas y patologías del cuerpo humano, además de otorgar solubilidad e hidratación.

La coca se cultiva en valles calientes y húmedos, que en lengua aymara se llaman yungas.

Los campesinos la toman durante el trabajo, en el descanso y la convidan a las visitas. Por lo general, la mascan. El acto de mascar se llama aculli. Masticar la "bolita", "chacchar" en Bolivia, "acullicar" en Perú, es una costumbre ampliamente aceptada entre millones de habitantes en países como Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina y Chile.

"Los productores de coca son campesinos que trabajan con mano de obra familiar. La coca es un cultivo favorable a la economía campesina debido a que da tres a cuatro cosechas por año y en terrenos muchas veces inútiles para otros cultivos a causa de la erosión y agotamiento de los suelos. Los campesinos valorizan a la coca también por su mayor rentabilidad en comparación a otros cultivos. La técnica de cultivo es específica y está adaptada a la topografía de los valles, con la construcción de andenes de tierra tapiada o piedras. La tecnología, de tradición antigua, es sencilla y manual", afirma la investigación.

Si bien la coca se adapta a suelos empobrecidos, el monocultivo y la expansión de las plantaciones de están provocando un creciente desequilibrio en los suelos tropicales.

Los coqueros

La población andina es fundamentalmente quechua y en menor número aymara. Los quechuas conservan el amor y el respeto por la tierra a la que llaman Pachamama, y le rinden culto a su fecundidad. La lengua de los quechuas se habla en muchas comunidades, aunque se ha mezclado con el español, al que también ha influido. Es lengua oficial en Perú.

Los aymaras se encuentran en una amplia zona rodeando el lago Titicaca, en Bolivia y Perú. La lengua aymara es oficial en Bolivia, pero su enseñanza está muy restringida. Estos pueblos conservan buena parte de los hábitos de empleo de la coca, que se extienden, por otra parte, a casi todos los campesinos de la región andina.

La planta sagrada

Los rastros arqueológicos más lejanos de la hoja de coca se remontan a unos 2000 años antes de Cristo. Los incas utilizaron la coca para diversos fines, como expresión de amistad, como moneda, para retribuir servicios. De ellos deriva, además, el carácter sagrado de la hoja de coca. Mezclada con aceites vegetales se usaba para reblandecer las rocas. Fueron los incas quienes descubrieron sus propiedades terapéuticas e iniciaron el empleo medicinal de la coca.

El imperio inca dispuso el establecimiento de plantaciones que eran propiedad del Inca, para mantener una producción estable de coca.

Finalizada la conquista española, esas plantaciones fueron distribuidas por la corona de España entre algunos colonos bajo el régimen de "encomienda", además de autorizarse el pago de deudas con hojas de coca.

Durante el período de extracción de metales preciosos en Potosí, se produjo un creciente consumo de coca, alentado por los españoles, que descubrieron los valores energéticos de la coca. La empleaban para incrementar el rendimiento de los indígenas obligados a trabajar en las minas. Esto motivó que muchos españoles iniciaran el comercio exclusivo de la coca, con lo que se convirtió, además, en la segunda fuente de ingresos de la corona después de la explotación de metales. Los diezmos sobre la coca alcanzaron a cubrir la mayor parte de la renta de la jerarquía eclesiástica.

"La coca pasó a integrar una economía de mercado" afirma el trabajo de IEPALA. La sociedad colonial adoptó la coca y la incorporó plenamente a sus costumbres, tanto que los médicos la empleaban como medicamento contra el asma, las hemorragias, los dolores de muelas, los vómitos y las diarreas.

La historia negra

Pese a la temprana asimilación de la coca por la sociedad colonial, los españoles no tardaron en afirmar que el uso ritual de la coca era un freno a la cristianización de los indígenas y comenzaron entonces a combatir su consumo. Más tarde fue rechazada con el argumento de que bloqueaba la asimilación de los pueblos indígenas a la civilización "blanca".

Pero a partir de la aparición de la cocaína, la coca fue vinculada al mundo de la droga.

Para Enrique Meyer, académico, "hay que enfatizar la diferencia entre la masticación de coca en el mundo andino y el uso de la cocaína en el mundo occidental. Se comparan uno a otro en términos de potencia y peligro como se compara el uso de burros y aviones supersónicos como medios de transporte, y las conclusiones de un aspecto carecen de validez para el otro".

"Mientras entre la población joven flotante se incrementa el consumo de pasta de cocaína, la población nativa y los campesinos continúan con el hábito de mascar diariamente la hoja de coca. No les gusta la pasta", afirma J. Hurtado en el libro "En busca del paraíso perdido".

Lo cierto es que la creciente demanda y producción de cocaína en el mundo ha llevado a que buena parte de las plantaciones de coca se dediquen a la fabricación de cocaína. Esto ha reforzado la postura de quienes consideran a la coca como un narcótico y pretenden satanizar su uso.

En ese terreno se llegó incluso muy lejos, cuando en 1961 la Convención de la ONU sobre estupefacientes incluyó a la hoja de coca en la lista 1 de drogas tóxicas como "psicotropo".

Además, muchos investigadores del Norte han asociado el uso y consumo de coca a lo que consideran el "retraso cultural y económico de los campesinos andinos".

Detrás del debate acerca de la coca en sí se esconde el cuestionamiento de las conductas culturales y los comportamientos sociales de los pueblos andinos que, como hemos visto, se mantienen desde hace siglos.

Erradicación de la coca: ¿genocidio cultural?

José Hulshof, investigador de la Universidad Autónoma de México, resume así las propiedades de la coca: "Indudablemente, la coca es el producto vegetal que tiene la aplicación más amplia en todos los aspectos de la vida de la población andina. En las relaciones sociales la coca es un regalo que significa amistad y generosidad; en toda fiesta el compartir la coca y 'chaccharla' juntos es un acto importante, que sella las relaciones de confraternidad y confianza entre los participantes. En el trabajo se 'chaccha' en conjunto, durante el descanso para adquirir nuevas fuerzas. En la medicina tradicional no existe remedio que tenga usos más amplios y cuya efectividad haya sido comprobada empírica y científicamente como la coca".

En efecto, según una comisión de expertos de la ONU la coca tiene un elevado nivel de vitaminas B1, B2 y C. Además agregan que "una cantidad de cien gramos de hojas secas puede proveer una cantidad considerable de los requisitos diarios de esas vitaminas". (Ver "Coca, alimento y rubro exportable", Revista del Sur, Número 37, octubre de 1994).

Además de sus propiedades nutritivas y energizantes, otros autores señalan el valor de la coca desde el punto de vista mágico.

Zorrilla Eguren, profesor y antropólogo de la Universidad Católica del Perú, afirma que la coca tiene el poder de proteger, hacer daño, cambiar la suerte o adivinar el futuro.

La coca ocupa un espacio de comunicación social que articula e identifica al participante con su familia y su cultura. "La experiencia individual de chacchar coca no es patológica ni desadaptativa sino profundamente mítica, ritual y colectiva". Para Zorrilla Eguren los diversos rituales donde la coca es empleada -que articulan pasado y presente- se convierten en componentes de una "psicoterapia indígena popular".

Por todas estas razones, sostienen los investigadores, es un error pretender erradicar la coca para asegurar la eliminación del tráfico de cocaína.

En primer lugar, la cocaína fue descubierta en el siglo pasado y su uso y difusión es sólo un aspecto del consumo de narcóticos por parte de crecientes grupos de las sociedades desarrolladas. De hecho existen muchas otras drogas peligrosas -legales y no legales- y es posible asegurar que si la cocaína desapareciera, en breve sería reemplazada.

En cambio, intentar reemplazar el papel que juega la coca en las sociedades andinas sería de hecho un genocidio cultural, que eliminaría un elemento crucial en todos los planos de la vida comunitaria.

Diana Cariboni Fuentes: "Coca, cocaína y narcotráfico", IEPALA Editorial, CEDIB e IPS


ALIMENTO PODEROSO

En 1975, una investigación efectuada por la Universidad de Harvard reveló que la masticación diaria de cien gramos de hojas de coca satisface la ración alimentaria diaria recomendada tanto para el hombre como para la mujer. El estudio, llamado "Valor nutricional de la coca", afirma que la coca puede contribuir en gran medida a la dieta diaria, ya que 60 gramos de coca colman los requerimientos de calcio.

Composición media de la hoja de coca (100 gramos)

 

Nitrógeno total

20,06 gr.

Alcaloides totales no volátiles

0,70 gr.

Grasa

3,68 gr.

Carbohidratos

47,50 gr.

Alfa caroteno

2,76 mg.

Beta caroteno

9,40 mg.

Vitamina C

6,47 mg.

Vitamina E

40,17 mg.

Vitamina B1

0,73 mg.

Vitamina B2

0,88 mg.

Niacina

8,37 mg.

Calcio

997,63 mg.

Fosfato

412,67 mg.

Potasio

1739,33 mg.

Magnesio

299,30 mg.

Sodio

39,41 mg.

Aluminio

17,39 mg.

Bario

6,18 mg.

Hierro

136,64 mg.

Estroncio

12,02 mg.

Boro

6,75 mg.

Cobre 1,22 mg.

1,22 mg.

Zinc

2,21 mg.

Manganeso

9,15 mg.

Cromo 0,12 mg.

0,12 mg.


Fuente: IEPALA

El mito cristianizado

Los harawaks eran los narradores sagrados de los incas. Ellos se encargaban de mantener viva la leyenda del origen sagrado de la planta de coca. "Encolerizado, el dios cruel había condenado a un pueblo inocente a vagar hasta el fin de los tiempos por las altiplanicies de los Andes. Afortunadamente, los hijos del Sol, Manco Capac y su hermana-esposa Mama Oclo, divinidades propicias, velaban por los infortunados. Para que pudieran resistir el hambre y el frío les enseñaron a mascar las hojas verdes de un arbusto: la coca. De esta manera pudo sobrevivir la raza inca".

Luego de la conquista y la imperiosa evangelización a que se vieron sometidos los habitantes de los Andes, el mito original fue adaptado a las exigencias de la nueva religión: "Tras el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo, los diablos intentaron quitarle la vida. Cuando María, su madre, volvió a casa y no encontró a su hijo, se puso a buscarlo. Recorrió un largo trayecto sobre su asno, y se quedó muy debilitada por el hambre. Cristo la vio en ese estado y bendijo para ella un matorral de coca salvaje. María adivinó lo ocurrido; comió algunas hojas y ya no sintió hambre ni fatiga. María ofreció la planta a su pueblo y de esta manera los indígenas del altiplano siguieron tomando la coca".

(Fuente: "Coca, cocaína y narcotráfico", IEPALA Editorial)
Un viaje peligroso

Uno de los catorce alcaloides de la coca, el Benzoil-metil-ecgonina, más conocido como cocaína, fue aislado en 1860 por A. Niemman.

Tiene poder analgésico y anestésico local. Al pasar a la circulación sanguínea, actúa como un poderoso estimulante. Las formas de absorción son diversas: inyecciones intravenosas, gotas oculares, pomadas para mucosas, píldoras o inhalaciones nasales.

Desde la mucosa nasal, la droga pasa en segundos a la circulación sanguínea, razón por la cual la aspiración nasal es la forma preferida por los consumidores de cocaína.

Luego de incorporada al organismo, en seguida se manifiesta su acción estimulante. La persona se vuelve locuaz y muestra una excitación general de las facultades intelectuales, mientras se reduce la sensación de cansancio y aumenta la capacidad de efectuar esfuerzos físicos.

Las alucinaciones visuales y sensoriales se manifiestan ante la reiteración de las dosis.

La sobredosis no es más que una aplicación de droga mayor a la que el cuerpo humano puede soportar, y es de hecho una intoxicación. Los síntomas más comunes son alucinaciones, taquicardia, vómitos, espasmo muscular y excitabilidad. Pueden presentarse síntomas de respiración irregular, convulsiones, insuficiencia circulatoria y estado de coma. Un sobredosis puede causar la muerte en forma inmediata o durante las siguientes horas.

Cuando la persona padece un estado de intoxicación crónica, además de alucinaciones, presenta deterioro mental, pérdida de peso y modificaciones en la conducta. La aspiración continuada, por otra parte, conlleva el riesgo de la perforación del tabique nasal.




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