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Nº 163 - enero/febrero 2006

Creación de espacios para la sociedad civil en la CMSI

por Willie Currie

En la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (CMSI) celebrada en Túnez hubo cierto reconocimiento de que la sociedad de la información involucraba cuestiones políticas en que los gobiernos sólo eran una de las partes interesadas, además del sector privado y la sociedad civil.

Antes de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (CMSI), las cumbres de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) eran en general espacios cerrados para el debate intergubernamental y la negociación de asuntos de políticas públicas mundiales, como el desarrollo sostenible o la condición de la mujer. Las cumbres de la sociedad civil se realizaban en forma paralela a las gubernamentales y, en general, a cierta distancia. Por lo tanto, durante la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible que se realizó en Johannesburgo en 2002, los gobiernos se reunieron en la lujosa zona comercial de Sandton, mientras que la sociedad civil se reunió en el municipio negro de Soweto.

En la CMSI, en cambio, hubo cierto reconocimiento de que la sociedad de la información involucraba cuestiones políticas en que los gobiernos sólo eran una de las partes interesadas, además del sector privado y la sociedad civil. La historia de Internet como colaboración entre comunidades técnicas, el sector privado, organizaciones de la sociedad civil y gobiernos hizo que éstos necesitaran la participación de todas las partes en el proceso de deliberación en la CMSI. Por lo tanto, el proceso de la CMSI comenzó como un espacio en que todas las partes estaban involucradas, hasta que llegó el momento de las negociaciones, que eran prerrogativa de los gobiernos. Sin embargo, el sector privado y la sociedad civil pudieron realizar declaraciones a las reuniones plenarias de los gobiernos, mientras éstos negociaban el texto final de las cumbres de Ginebra y Túnez.

Además, el atípico formato de la Cumbre, con un proceso de dos años que comenzó en Ginebra en 2003 y terminó en Túnez en 2005, también creó un espacio para la movilización de la sociedad civil. Varias organizaciones de la sociedad civil e instituciones académicas abordaron la cuestión de la gobernanza de Internet y utilizaron como punto focal el Caucus sobre Gobernanza de Internet, afiliado al proceso de la sociedad civil en la CMSI. El desacuerdo entre gobiernos sobre la gobernanza de Internet ofreció a la sociedad civil la oportunidad de involucrarse más activamente en el proceso. El principal cambio fue la creación del Grupo de Trabajo sobre Gobernanza de Internet como un organismo con representación de todas las partes interesadas. Esto tuvo un efecto importante en el resultado del debate sobre la gobernanza de Internet en la CMSI. Dentro del Grupo de Trabajo, el sector privado y la sociedad civil estaban a la par de los gobiernos.

El informe del Grupo de Trabajo realizó cuatro series de recomendaciones, relativas a: la necesidad de un foro para discutir amplias cuestiones de políticas públicas relacionadas con Internet; modelos de supervisión de la gobernanza de Internet; medidas para promover el desarrollo y acceder a Internet; y la creación de capacidad para aumentar la participación de los países en desarrollo en la gobernanza de Internet. Salvo por la cuestión de los modelos de supervisión, la participación de la sociedad civil fue decisiva en los otros tres asuntos. Y la cuestión del foro se transformó en el punto clave de consenso en la Cumbre de Túnez. Por lo tanto, la decisión de establecer un Foro de Gobernanza de Internet fue resultado de la iniciativa de la sociedad civil dentro del Grupo de Trabajo, y un factor del proceso participativo que permitió la interacción de múltiples actores. Cabe recordar que Estados Unidos y el sector privado se opusieron a la idea del Foro durante la segunda fase de la CMSI, hasta que quedó claro el amplio apoyo que tenía.

En la etapa posterior a la CMSI, el Foro de Gobernanza de Internet constituirá un nuevo espacio global de políticas públicas, abierto a todas las partes interesadas, como debe ser. Las organizaciones de la sociedad civil tuvieron un papel fundamental, a través del Caucus de Gobernanza de Internet, en la creación de este espacio abierto para deliberar sobre la complejidad de esa gobernanza. Ellas llevarán adelante el proceso de creación de este espacio abierto cuando el Foro se reúna en Atenas en 2006.

Después de Túnez se criticó la participación de la sociedad civil por perpetuar una red de privilegiados al promover el Foro de Gobernanza de Internet y perder contacto con la base popular y la cuestión de la brecha digital. Aunque esta crítica tiene algún mérito, es demasiado parcial y no tiene en cuenta los beneficios que generó la participación de la sociedad civil. Sin ésta en la CMSI, no existiría el Foro de Gobernanza de Internet ni habría ningún nuevo espacio de políticas públicas para considerar las amplias cuestiones que afectan a Internet, incluidos el acceso a la red y la brecha digital.

Los temas de la CMSI no sólo se discutieron en Ginebra y Túnez, sino también a escala regional y nacional. En la conferencia preparatoria regional de Accra, en febrero de 2005, los participantes más entusiastas eran un contingente de jóvenes que habían viajado desde Nigeria. La red africana Sangonet organizó una serie de talleres sobre cuestiones de la CMSI en Sudáfrica que produjo aportes para la Cumbre. Aun la Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números (ICANN) se involucró en una serie de representaciones teatrales callejeras en todo el mundo, incluso en Sudáfrica y Argentina. Estas actividades involucraron a una amplia gama de personas en el proceso de la CMSI.

Una de las razones por las que la cuestión de la brecha digital no recibió suficiente atención en Túnez se relaciona con el destino del Grupo de Trabajo sobre Mecanismos Financieros (GTMF), que fue invitado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) pero no pudo transformarse en un espacio abierto, como sucedió con el Grupo de Trabajo sobre Gobernanza de Internet. Esto afectó sus resultados, que fueron mucho más limitados.

Sin embargo, el informe del GTMF y la sección sobre financiación de la Agenda de Túnez contienen elementos que podrían ser desarrollados en forma creativa por activistas de la sociedad civil en la fase posterior a la Cumbre. Esos elementos incluyen referencias a los usos de las finanzas públicas, la promoción de redes comunitarias o de gobiernos locales, un mandato renovado para los Fondos de Acceso Universal, una bienvenida al Fondo de Solidaridad Digital y un reconocimiento de que los mecanismos financieros vigentes no resultaron suficientes con respecto a la conectividad regional, la banda ancha y la conectividad rural en el mundo en desarrollo. La combinación de estos factores puede servir para apoyar la introducción de modelos de acceso abiertos y la integración comunitaria en red en el mundo en desarrollo, precisamente para cerrar la brecha digital.

La crítica de Michael Gurstein a la participación de la sociedad civil supone con demasiada facilidad que los activistas involucrados en el proceso de la CMSI estuvieron de acuerdo con el embajador paquistaní Masood Khan, presidente de la subcomisión de la Cumbre en la que se discutió la gobernanza de Internet, en que ellos representaban a todos los demás. Esto no fue así. La presunción de Gurstein de que la sociedad civil sólo estaba allí para formar redes es igualmente falsa y niega que los grupos reunidos en el plenario y los caucus de la sociedad civil tenían suficiente sentido estratégico para comprender la dinámica de poder que implicaba el compromiso con los gobiernos, el sector privado y organizaciones internacionales.

Las intervenciones de activistas de la sociedad civil lograron una diferencia material en el resultado de la CMSI en el texto de la Agenda de Túnez. Esos activistas que se esforzaron por defender a las ONG tunecinas independientes de las violaciones a los derechos humanos del gobierno, y que fueron perseguidos y reprimidos por la policía en el Centro Goethe el 15 de noviembre, no estaban allí sólo para integrarse en una red cerrada. Por algunos días, ayudaron a crear un espacio de libertad en Túnez.

(*) Willie Currie es director de políticas de TIC de la Asociación para el Progreso de las Comunicaciones (APC), Sudáfrica.






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