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No. 51 - Diciembre 1995

El nim de la India, una historia de biopiratería

por Vandana Shiva

Un invalorable recurso biológico del Sur, el árbol nim (neem) de la India, con gran variedad de aplicaciones para la medicina y salud humanas, en la agricultura, en la construcción de viviendas, etc., es un caso clásico de la biopiratería practicada por las compañías trasnacionales del Norte.

Durante 1994, agricultores indios realizaron sucesivas demostraciones masivas contra el acuerdo propuesto para la Ronda Uruguay del GATT. En marzo, alrededor de 200.000 personas se reunieron en Delhi exigiendo, entre otras cosas, que el proyecto de tratado -conocido como "el borrador Dunkel" por el negociador Arthur Dunkel- debía traducirse a todos los idiomas indios. El 2 de octubre, aproximadamente medio millón de personas se reunieron en Bangalore para expresar sus temores sobre la inminente legislación, conscientes de la amenaza que el GATT representaba para sus medios de vida, permitiendo a las organizaciones multinacionales ingresar a los mercados del Tercer Mundo a sus expensas.

En particular, muchos de ellos comenzaron a cuestionar el llamado del borrador Dunkel a una armonización internacional de la legislación sobre derechos de propiedad intelectual. En las manifestaciones, los participantes llevaban ramas de nim, árbol que se encuentra en las regiones más áridas de la India.

Diversos extractos de nim han sido patentados recientemente por compañías norteamericanas, y muchos agricultores están indignados por lo que ellos consideran piratería intelectual. El nim se convirtió así en símbolo del conocimiento indígena de la India, y de resistencia contra las compañías, que expropiarían este conocimiento para su lucro particular.

Arbol para toda estación

De todas las plantas que han demostrado ser útiles para la humanidad, muy pocas se distinguen por su asombrosa versatilidad. El cocotero es uno, el bambú otro. En las regiones más áridas de la India, esta distinción corresponde a un duro árbol perenne de rápido crecimiento, de hasta 20 metros de altura, cuyo nombre científico es Azadirachta indica y que se conoce comúnmente como nim (neem).

Las muchas virtudes del nim son atribuibles a sus componentes químicos. Desde sus raíces hasta su copa extendida, el árbol contiene una cantidad de poderosos componentes. Es particularmente notable uno que se ha encontrado en sus semillas, llamado azadirachtin. Es útil en muchos campos.

Medicina

El nim es mencionado en muchos textos antiguos, y autoridades de la medicina tradicional india lo colocan en el pináculo de su farmacopea. La corteza, las hojas, las flores, las semillas y la pulpa del fruto se utilizan para el tratamiento de una gran variedad de enfermedades y molestias, desde la lepra y diabetes hasta úlceras, problemas de piel y resfrío.

Tocador

Millones de indios utilizan ramitas de nim como cepillo de dientes antiséptico. Su aceite es utilizado para la preparación de pasta de dientes y jabón.

Anticoncepción

El aceite de nim es conocido como potente espermaticida y se cree que es 100% efectivo cuando se aplica en forma intravaginal antes del acto sexual. Lo que resulta intrigante es que también lo utilizan internamente los ascetas que desean aplacar el deseo sexual.

Madera

Además de ser dura y crecer rápidamente, su resistencia química a las termitas hace del nim un útil material para la construcción.

Combustible

El aceite de nim es utilizado como aceite para faroles, mientras que la pulpa del fruto es útil para la manufactura de metano.

Agricultura

El Upavanavinod, antiguo tratado en sánscrito que trata de silvicultura y agricultura, menciona al nim como la cura para suelos, plantas y animales enfermos. Los residuos de las semillas de nim luego de extraer el aceite sirven para alimentar ganado y aves, mientras que las hojas aumentan la fertilidad del suelo. Lo que es más importante, el nim es un potente insecticida, eficaz contra 200 insectos, incluyendo langostas, algunas especies de ortópteros, nematodos, larvas de mosquito, doríforas, y gorgojos del algodón.

Estas propiedades, y otras, conocidas por los indios desde hace milenios, han determinado que este árbol en sánscrito sea denominado Sarva Roga Nivarini, "curador de toda dolencia" o, en la tradición musulmana, Shajar-e-Mubarac, "árbol bendito". El acceso a sus diversos productos siempre fue gratuito o barato: Hay aproximadamente 14 millones de árboles de nim en la India y las añejas técnicas de extracción de aceite de las semillas y de emulsiones plaguicidas no requieren equipamiento costoso. Se puede conseguir una gran cantidad de distintos componentes medicinales a partir del nim.

Durante los últimos años de la década del 70, hubo importantes trabajos de investigación acerca de las propiedades del nim en institutos desde el Agricultural Research Institute de la India, y el Malaria Research Centre, hasta el Tata Energy Research Institute y Khadi and Village Industries Commission (KVIC). Gran parte de esta labor de investigación fue fomentada por movimientos defensores del pensamiento de Gandhi, como el movimiento de boicot a comidas extranjeras, que alentó el desarrollo y elaboración de productos locales indios.

Una cantidad de productos comerciales a base de nim, como plaguicidas, medicamentos y cosméticos, aparecieron en el mercado durante los últimos años, algunos de ellos producidos en el sector de pequeña escala con el respaldo del KVIC, otros en laboratorios de tamaño medio. Sin embargo, no hubo intentos de adquirir la propiedad intelectual de las fórmulas, puesto que conforme a la legislación india, los productos agrícolas y medicinales no son patentables.

Solicitud de patentes

Durante siglos el mundo occidental ignoró al árbol de nim y sus propiedades: las prácticas de campesinos y médicos indios no eran consideradas dignas de atención por la mayoría de los colonialistas británicos, franceses y portugueses. Sin embargo, durante los últimos años, la creciente oposición a los productos químicos en Occidente, y en particular a plaguicidas, llevó a un repentino entusiasmo por las propiedades farmacéuticas del nim.

En 1971, el importador de madera norteamericano Robert Larson observó la utilidad del árbol en la India y comenzó a importar semillas de nim a la oficina central de la compañía en Wisconsin. Durante la década siguiente llevó a cabo pruebas de rendimiento y riesgos del extracto plaguicida de nim llamado Margosan-O y en 1985 recibió la autorización del Organismo para la Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos (EPA). Tres años más tarde vendió la patente del producto a una compañía química multinacional, W R Grace and Co.

Desde 1985 más de doce empresas estadounidenses y japonesas patentaron en Estados Unidos fórmulas de soluciones y emulsiones a base de nim e inclusive de una pasta de dientes a base de nim. W R Grace es titular de por lo menos cuatro de las patentes, tres pertenecen a otra compañía norteamericana, Native Plant Institute y dos a la compañía japonesa Terumo.

Al haber obtenido las patentes y con la perspectiva de una licencia del EPA, Grace se preparó para manufacturar y comercializar su producto con una sede en la India. La compañía se acercó a varios productores indios con propuestas de adquisición de la tecnología o para convencerlos de dejar de manufacturar productos de valor agregado y en cambio abastecer a la compañía de materia prima.

En muchos casos, Grace fue rechazada. M N Sukhatme, director de Herringer Bright Chemicals Pvt. Ltd., que elabora el insecticida Indiara a base de nim, fue presionado por Grace para vender la tecnología para extracto de nim estabilizado, lo que no requiere calor ni cambios químicos. Sukhatme rechazó las ofertas, diciendo: "No estoy interesado en comercializar el producto".

Pero Grace logró finalmente acordar una joint venture con una empresa llamada P J Margo Pvt. Ltd. Actualmente están construyendo una planta en la India que procesará semillas de nim para exportar a Estados Unidos. Inicialmente, la planta va planea procesar 20 toneladas de semillas por día. También están creando una red de abastecedores de semillas de nim para asegurar el suministro constante de semillas y un precio razonable.

Es probable que Grace sea seguida por otras compañías propietarias de patentes. En 1992, el National Research Council (NRC) de Estados Unidos publicó un informe pensado para "abrir los ojos empresariales del mundo occidental con respecto a la aparentemente infinita variedad de productos que el árbol podría ofrecer".

Según uno de los miembros del grupo especial NRC, "En estos tiempos en que no estamos muy contentos con los plaguicidas sintéticos, [el nim] resulta muy atractivo".

El atractivo es ostensiblemente comercial. El mercado de plaguicidas estadounidense representa aproximadamente 12.000 millones de dólares. Actualmente los bioplaguicidas, como el piretro, junto con imitaciones sintéticas, constituyen aproximadamente 450 millones de esa cifra, pero se espera que aumenten a 800 millones para 1998. "Sacarle plata al nim debe de ser relativamente fácil", afirma la revista Science.

¿Plagio o innovación?

El agresivo interés de Grace por la producción india de nim ha provocado un coro de objeciones de científicos, agricultores y políticos indios quienes aseveran que las compañías multinacionales no tienen derecho a expropiar el fruto de siglos de experimentos indígenas y varias décadas de investigación científica india. Esto ha estimulado un amargo debate transcontinental sobre la ética de la propiedad intelectual y los derechos de patente.

En abril de 1993 un informe al Congreso de Estados Unidos del Congressional Research Service (CRS) expresa algunos argumentos utilizados para justificar el otorgamiento de patentes:

"El azadirachtin en sí es un producto natural que se encuentra en las semillas del árbol de nim y es el componente activo fundamental. No hay patente sobre el mismo, tal vez porque todo el mundo reconoce que es un producto de la naturaleza. Pero (:..) una forma sintética de un compuesto de origen natural puede ser patentable porque la forma sintética no es técnicamente un producto de la naturaleza y el proceso por el cual se sintetiza el compuesto puede ser patentable".

No obstante, ni el azadirachtin, producto químico relativamente complejo, ni ningún otro de los principios activos han sido sintetizados en laboratorios. Las patentes existentes son solamente sobre los métodos de extracción del producto químico natural en la forma de una emulsión estable o solución, métodos que son simplemente una extensión de los procesos tradicionales utilizados por milenios para elaborar productos a base de nim. Los productos químicos biológicamente activos opuestos pueden ser extraídos utilizando la tecnología ya disponible en las aldeas de los países en desarrollo, dice Eugene Schulz, presidente del grupo especial NRC. "Los aldeanos las aplastan (las semillas), las ponen en remojo en agua fría de un día para otro, sacan la emulsión de la parte superior y la echan por encima de los cultivos".

El justificativo de W R Grace para las patentes, por lo tanto, gira en torno a la afirmación de que estos procesos modernizados de extracción constituyen una auténtica innovación:

"Pese a que el conocimiento tradicional inspiró la investigación y el desarrollo que llevaron a estas composiciones y procesos, fueron considerados suficientemente nuevos y diferentes del producto original de la naturaleza y el método tradicional de uso como para ser patentables".

"El azadirachtin, que es destruido durante el procesamiento convencional de aceite de nim y pasta de nim, se está extrayendo además en forma de extracto de nim soluble en agua y de ahí que es un agregado más que un sucedáneo de la actual industria del nim de la India".

En resumen, los procesos son supuestamente nuevos y un avance con relación a las técnicas indias. Sin embargo, esta novedad existe principalmente en el contexto de la ignorancia de Occidente. Durante 2000 años en los cuales se usaron en la India bioplaguicidas y medicamentos a base de nim, se desarrollaron muchos procesos complejos para hacerlos disponibles para usos específicos, pese a que los ingredientes no fueron latinizados con nombres científicos. El conocimiento común y el uso común del nim fue una de las razones primarias para que la Oficina Central de Insecticidas de la India no registrara productos de nim conforme a la Ley de Insecticidas de 1968. La oficina argumentaba que los materiales de nim habían sido utilizados extensivamente en la India con diversos objetivos desde tiempos inmemoriales, sin ningún efecto nocivo conocido. El EPA de Estados Unidos, por otra parte, no acepta la validez del conocimiento tradicional y ha realizado una serie de pruebas de riesgo completas al Margosan-O.

La afirmación de que el azadirachtin estaba siendo destruido durante el procesamiento tradicional es errónea. Los extractos eran objeto de degradación, pero esto no era problema ya que los agricultores ponen esos extractos en uso cuando los necesitan y en la forma en que los necesitan. El problema de la estabilización surgió solamente cuando necesitó envasarse por mucho tiempo para ser comercializado.

Además, la estabilización y otros avances atribuibles a la tecnología de modernos laboratorios ya habían sido desarrollados por científicos indios en los decenios de 1960 y 1970, mucho antes de que las compañías estadounidenses y japonesas expresaran interés en ellas. El Dr. R P Singh del Indian Agricultural Research Institute afirma: "El Margosan-O es un simple extracto etanólico del centro de la semilla de nim. A fines de los años sesenta descubrimos la potencia no solamente del extracto etanólico sino también de otros extractos de nim... Trabajos realizados sobre el nim como plaguicida tuvieron su origen en esta división ya en 1962. También se habían desarrollado técnicas de extracción. El polvo rico en azadirachtin fue desarrollado por mí."

El rechazo de los científicos indios a patentar sus inventos, dejando así su trabajo vulnerable a la piratería puede provenir en parte de un reconocimiento de que el grueso del trabajo había sido realizado por generaciones de experimentadores anónimos. Esta deuda tiene que ser reconocida todavía por quienes patentan en Estados Unidos y sus apologistas. El informe del CRS afirma que "el método de esparcir semillas de nim en el terreno como plaguicida no sería un proceso patentable, porque estos procesos serían considerados obvios", declaración que revela o un lamentable juicio erróneo o un rechazo racista del conocimiento indígena. El descubrimiento de las propiedades plaguicidas del nim y de cómo procesarlo no fue para nada "obvio", sino que fue desarrollado a través de la evolución sistemática del conocimiento de culturas no occidentales. En comparación con este salto no obvio de conocimiento, los subsiguientes derivados menores son los "obvios".

¿De desperdicio a riqueza?

W R Grace y P J Margo también sostienen que su proyecto también beneficia a la economía india. Lo hace, dicen, "brindando oportunidades laborales a nivel local y mayor remuneración a los agricultores ya que el precio de las semillas de nim se ha multiplicado en los últimos tiempos debido al valor agregado al mismo durante el proceso. Durante los últimos 20 años el precio de la semilla de nim pasó de 300 rupias la tonelada a los niveles actuales que oscilan entre 3.000 y 4.000 rupias la tonelada".

De hecho, el precio ha aumentado considerablemente más que esto: en 1992 Grace se encontraba con precios hasta 300 dólares (más de 8.000 rupias) la tonelada.

Este aumento del precio de las semillas de nim ha convertido un recurso con frecuencia gratuito en uno de precio exorbitante, con usuarios locales compitiendo ahora por la semilla y con una industria que abastece a consumidores del Norte. Como los agricultores locales no pueden pagar ese precio que la industria sí puede, el desvío de la semilla como materia prima de la comunidad a la industria establecerá por último un régimen en el cual un puñado de compañías con patente controlarán el acceso al nim como materia prima, así como todos los procesos de producción.

P J Margo afirma que éste "es un caso clásico de conversión de desperdicio en riqueza y beneficio para el agricultor y su economía". Esta aseveración es por su parte un ejemplo clásico de la hipótesis de que el uso local de un producto no crea riqueza sino desperdicio; y que la riqueza la crean solamente las compañías que comercializan los recursos utilizados por comunidades locales.

Pero, por otra parte, existe cada vez más conciencia en toda la India de que la transformación del nim en una materia prima tendrá como consecuencia su expropiación por parte de las compañías multinacionales. El 15 de agosto, día de la Independencia de la India, agricultores del estado de Karnataka realizaron una manifestación fuera de las oficinas de los cobrador del distritos, en respuesta a las afirmaciones de las multinacionales como W R Grace que reclaman "derechos de propiedad intelectual". Los agricultores llevaban ramas de nim como símbolo de conocimiento indígena colectivo.

Su campaña ha estado respaldada por reconocidos científicos de la India como el Dr. R P Singh, quien expresó su "total apoyo a la campaña contra la mundialización del nim". El Dr. B N Dhawan, científico emérito del Central Drug Research Institute sostiene: "Es realmente desafortunado que los beneficios de todo este trabajo vayan a dar a un individuo o a una compañía. Espero sinceramente que..., el nim continúe a disposición para el uso del pueblo en todo el mundo sin que se pague un precio elevado a una compañía".

El Dr. V P Sharma, director del Malaria Research Institute, concuerda: "Hemos descubierto la acción repelente del aceite de nim. No hay reclamación de nadie en la India o fuera de ella que pueda tomar esa prioridad o patentar este aspecto del aceite de nim. Me gustaría que este descubrimiento fuera utilizado tan ampliamente como sea posible para evitar la molestia de plagas de insectos de importancia para la salud pública y para la prevención de enfermedades trasmitidas por ellos".






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