Instituciones Financieras Internacionales
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Viernes 7 de Mayo de 2004
Reunión Especial de Alto Nivel de ECOSOC con las instituciones de Bretton Woods y la OMC
por Martin Khor
Declaración de Martin Khor, Director de la Red del Tercer Mundo, en la sesión plenaria final de la Reunión Especial de Alto Nivel de ECOSOC con las instituciones de Bretton Woods y la OMC en la cámara de ECOSOC, Naciones Unidas, Nueva York, el 26 de abril de 2004.
Hace dos años, cuando se celebró la Conferencia Internacional sobre la Financiacióin para el Desarrollo en Monterrey, México, se generó un considerable impulso y los gobiernos prometieron trabajar dentro de un marco político coherente, encabezados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para solucionar problemas críticos de finanzas y desarrollo. Las organizaciones de la sociedad civil también esperaban que el proceso de la conferencia ayudara a resolver esos problemas.
Dos años después, ese impulso político ha perdido fuerza, y los problemas financieros y de desarrollo continúan o han empeorado. La crisis de la deuda persiste para muchos países, cada vez más naciones están al borde de la crisis financiera, la cooperación para el desarrollo es todavía insuficiente, los flujos de capital siguen desregulados, hay grandes fluctuaciones monetarias y otras formas de estabilidad financiera, las negociaciones comerciales multilaterales están paralizadas, y la crisis de los productos básicos continúa, al igual que una enorme transferencia neta de recursos del Sur al Norte.
Necesidad de fortalecer el proceso de Monterrey
La consigna de la sesión de este año es coherencia, coordinación y cooperación. Pero en el título hay una cuarta C, la de “contexto”, el contexto del Consenso de Monterrey sobre financiación y desarrollo. Esta cuarta C es más importante, porque el contexto es clave. La coherencia, la coordinación y la cooperación son sólo los medios. Debemos ser coherentes, cooperar y coordinar acciones de acuerdo con ciertos principios y políticas, que forman el contexto. Si coordináramos en base a líneas y contexto equivocados, sería peor que no coordinar.
También hay una quinta C, la de “capacidad”. La capacidad del proceso y el mecanismo de seguimiento de la financiación para el desarrollo, para hacer frente al desafío. Conocemos la gravedad de los problemas, y en comparación, la capacidad de seguimiento es sumamente débil. En todo el año, sólo tenemos esta reunión de una jornada, que se llama meramente “reunión”. El nombre ha sido resaltado con los calificativos “especial” y “de alto nivel”, pero esto no oculta el hecho de que es sólo un evento de un día, carente de un marco institucional firme. También existe el diálogo semestral sobre financiación para el desarrollo, que es una versión ampliada de esta reunión, pero aparte de esto, casi no existe otro evento oficial, salvo unas pocas audiencias. En contraste, la ONU cuenta con una Comisión sobre Desarrollo Sustentable para tratar cuestiones de ambiente y desarrollo, y una Comisión sobre Desarrollo Social para asuntos sociales. Seguramente los problemas de finanzas y desarrollo merecen al menos una Comisión para entablar discusiones y realizar un seguimiento de las medidas.
De manera similar, la Secretaría de Coordinación de la Financiación para el Desarrollo, pese a la alta calidad de su trabajo, es demasiado débil y no cuenta con recursos suficientes, dada la enormidad de los problemas.
El mandato actual es absolutamente insuficiente y por tanto no puede obtener los resultados necesarios. Este marco débil debe complementarse o ampliarse de la siguiente forma:
1. Esta reunión de primavera de un día debe extenderse a dos o tres días para permitir un diálogo más profundo. El diálogo debe incluir la planificación de acciones.
2. Se deben establecer grupos de trabajo (que incluyan representantes de ONG) para discutir y proponer medidas sobre varios asuntos, como deuda, flujos financieros, comercio y finanzas. Los grupos podrían reunirse entre las reuniones anuales y los diálogos semestrales.
3. Se debe fortalecer el proceso intergubernamental y establecer una Comisión sobre Financiación para el Desarrollo. Asimismo, una oficina de representantes gubernamentales debería coordinar asuntos entre las reuniones anuales.
4. Es necesario fortalecer la secretaría de la ONU o las secciones de dicho organismo que se ocupen de cuestiones de financiación para el desarrollo. Regularmente, la secretaría debería producir documentos e informes más detallados, de alta calidad, sobre los asuntos de financiación para el desarrollo, para brindar datos actualizados y realizar sugerencias. También debería organizar foros, grupos de trabajo y reuniones sobre varios asuntos clave.
5. En este proceso y en los mecanismos ampliados, se debe fortalecer el papel de las ONG.
La financiación para el desarrollo es todavía una niña huérfana en busca de padres. Necesita como padre a un proceso intergubernamental eficaz, y como madre a una secretaría fuerte que pueda nutrirla. Las ONG podrían ser los hermanos y hermanas que ayudan a la niña a crecer. Los problemas son tan graves, que no sólo debemos mantenerlos vivos, sino ardiendo, para que puedan hacer algún progreso.
Las ONG consideran que los gobiernos y el sistema de las Naciones Unidas deben duplicar o triplicar sus esfuerzos de desarrollo para potenciar a las personas, reducir la inequidad y producir un desarrollo sostenible que ofrezca salud, alimento, empleo y un ambiente limpio.
El desarrollo requiere suficientes recursos financieros, estabilidad financiera y la canalización de esos recursos hacia inversiones productivas en actividades económicas y sociales apropiadas con procesos ambientales limpios, que satisfagan necesidades humanas en el contexto del crecimiento y el desarrollo sostenibles.
¿En qué estado se encuentra hoy la financiación para el desarrollo? La situación es muy decepcionante. A continuación resumimos algunos puntos clave.
Tratamiento integral de la deuda externa
En cuanto a la deuda externa, ha habido muy poco progreso. La situación de la mayoría de los países que tienen el problema de la deuda no se ha resuelto. Es necesario encontrar una solución integral y sistemática para todos los grupos de países. Como informó el representante del FMI a partir de las discusiones en una de las mesas redondas, la carga de la deuda es muy perjudicial para el crecimiento y la capacidad del país de cumplir con los Objetivos de Desarrollo del Milenio, dado que una deuda excesiva impide el uso de recursos para servicios tales como educación, salud e infraestructura básica, y frena las inversiones.
Por lo tanto, es necesario un enfoque integral. Para los países de bajos ingresos, la iniciativa para los Países Pobres Muy Endeudados (HIPC, por sus siglas en inglés) no ha dado resultado. Es hora de cancelar la deuda de todos los países de bajos ingresos, incluso los que hoy no están incluidos en la categoría de HIPC. También debe resolverse el problema de aquellos países de medianos ingresos que tienen dificultades para pagar su deuda, o podrían bajar a la categoría de bajos ingresos. Para este grupo de países, debe haber un alivio o cancelación parcial de la deuda. En cuanto a los países que enfrentan el riesgo o la posibilidad de default, deberían tener acceso a un mecanismo sistemático y justo de revisión de la deuda en un marco internacional acordado por todos. En ausencia de este marco, los países podrían tener que iniciar sus propias soluciones de revisión, sin ser culpados por procurar soluciones unilaterales. Es necesario repensar el concepto de sustentabilidad de la deuda, teniendo en cuenta que un país debe disponer de recursos suficientes para satisfacer las necesidades de sus ciudadanos.
Reconsiderar la condicionalidad de los créditos
Las impopulares y desacreditadas políticas de ajuste estructural sufrieron una metamorfosis en el proceso de los Documentos de Estrategia de Lucha contra la Pobreza del FMI, con el agregado de los populares términos “reducción de la pobreza”, “participación” y “propiedad nacional”. Sin embargo, el contenido económico sigue siendo el mismo. Los mismos problemas de los programas de ajuste estructural persisten en la Estrategia de Lucha contra la Pobreza. Al menos, deberían reconsiderarse los aspectos macroeconómicos y de liberalización comercial y financiera de la condicionalidad de estos créditos.
§ Las políticas macroeconómicas esenciales han sido procíclicas y contradictorias, y han contribuido al estancamiento o la recesión. Deben ser reconsideradas, y en su lugar deben establecerse políticas contracíclicas y proclives al crecimiento.
§ Las condiciones de liberalización financiera (libre entrada y salida de flujos de capital) deben reconsiderarse antes las crecientes pruebas del daño que la movilidad de capitales puede causar y ha causado a muchos países.
§ Las condiciones de una rápida liberalización comercial, en especial de la liberalización de importaciones, deben modificarse, en vista del perjuicio que causan las importaciones de productos baratos a los sectores agrícola e industrial nacionales como resultado de una reducción arancelaria demasiado rápida.
Reforma del sistema financiero internacional
El marco financiero internacional está en desorden por el aumento de la inestabilidad y volatilidad en los flujos de capital y los tipos de cambio, y por las crisis financieras que afectan a más países. Sin embargo, la comunidad internacional no ha tomado las medidas necesarias para reconstruir el sistema de modo que conduzca a la estabilidad financiera.
Son urgentes las siguientes medidas:
§ Un sistema internacional de regulación de flujos de capital, al menos para prevenir actividades especulativas que generen volatilidad y crisis financieras.
§ Un marco internacional que permita a países en desarrollo individuales regular la entrada y salida de distintos tipos de fondos (incluidos créditos, inversiones de cartera e inversiones extranjeras directas).
§ Un sistema que estabilice los tipos de cambio entre monedas usadas para transacciones internacionales, así como entre las monedas de los países en desarrollo.
§ Una reforma de las funciones y los sistemas de gobierno de las instituciones de Bretton Woods.
Comercio y finanzas
Como sabemos, los flujos comerciales tienen un efecto importante en los recursos financieros. La actual parálisis en la OMC es una oportunidad de reequilibrar el sistema multilateral de comercio y reorientarlo hacia las necesidades de los países en desarrollo. Las siguientes son algunas de las medidas requeridas:
§ Revisar las normas de agricultura de la OMC para impedir la venta de productos subsidiados a precios artificialmente baratos. Esta práctica de “dumping” contribuye a oleadas de importaciones en muchos países en desarrollo que perjudican el sustento de los habitantes rurales y afectan el equilibrio comercial. Los subsidios agrícolas del Norte deben eliminarse gradualmente, comenzando lo antes posible. Se debe permitir a los países en desarrollo que protejan a sus pequeños agricultores por motivos de seguridad alimentaria y sustento rural. Lo peor (y posible) es que la protección del Norte continúe y los países en desarrollo deban reducir más sus aranceles en virtud de normas de la OMC o condiciones de créditos.
§ Con respecto a los productos industriales, se debe permitir a los países en desarrollo la flexibilidad necesaria para que elijan el ritmo de su liberalización. En rondas anteriores, los países en desarrollo disponen de esa flexibilidad en líneas generales. Sin embargo, muchos países en desarrollo han sufrido la desindustrialización o el cierre de sus industrias debido principalmente a la condicionalidad de los préstamos de las instituciones de Bretton Woods. En la OMC, existen varias propuestas de fórmula no lineal que, si se aceptan, abatirán drásticamente los aranceles industriales de los países en desarrollo y amenazarán la viabilidad de sus industrias locales. Otro resultado sería el aumento de las importaciones y del déficit comercial, afectando los recursos financieros.
§ Se debe eliminar de la agenda de la OMC los llamados “temas de Singapur”: inversión, competencia, transparencia en la contratación pública y facilitación del comercio. La mayoría de los países del Sur se oponen a la creación de tratados de la OMC sobre estos asuntos porque limitarían gravemente su espacio para fijar políticas de desarrollo. Estos temas son tan polémicos que han frenado el progreso en otras áreas. Dado que el principal proponente de los temas de Singapur ofreció abandonar tres de ellos en la Conferencia Ministerial de Cancún, sería oportuno abandonarlos del todo y preparar con más buena voluntad el camino para negociar otros asuntos en la OMC, como la agricultura.
§ En cuanto a las patentes de medicamentos, los países en desarrollo deberían establecer leyes y políticas nacionales para habilitar medidas tales como las licencias obligatorias, de modo de aumentar el acceso de los pacientes a los fármacos.
§ Ante la continuación de la crisis de los productos básicos, que aflige a un gran número de países en desarrollo, se debe adoptar una estrategia internacional integral, que incluya la reanudación de la cooperación entre países productores y consumidores para facilitar la realineación de la oferta y la demanda, así como la estabilización de los precios a niveles que permitan satisfacer las necesidades de los países en desarrollo.
Gobernanza participativa
Los desequilibrios en la gobernanza mundial del comercio y las finanzas han contribuido a la falta de beneficios y a los problemas que enfrentan los países del Sur en cuanto a financiación para el desarrollo. Es necesaria una democratización de las instituciones de Bretton Woods y la OMC, para que los países en desarrollo participen más equitativamente en las decisiones que los afectan. El actual método de selección del director gerente del FMI, considerado una prerrogativa de los países europeos, es apenas un ejemplo de las injusticias del sistema mundial de toma de decisiones económicas.
Conclusiones
La situación financiera en el mundo en general, y en los países en desarrollo en particular, no ha mejorado desde Monterrey, y en algunos aspectos se ha deteriorado. El proceso de la conferencia debe revitalizarse sobre la base de una revisión fundamental. La coherencia y la cooperación deben ser la base de esta revisión.
Debemos sustituir la condicionalidad política universal de las instituciones de Bretton Woods por políticas adecuadas a las necesidades de cada país.
Debemos abandonar las presunciones de “campo de juego parejo” de la OMC, y en cambio incorporar la dimensión del desarrollo a las normas y principios operativos del sistema.
Debemos sustituir el concepto de “incorporar el comercio y la liberalización financiera al desarrollo” por la idea más apropiada de “incorporar las necesidades de desarrollo a los sistemas y las políticas de comercio y finanzas”.
Debemos abandonar el enfoque mezquino e insatisfactorio del problema de la deuda y tratarlo de manera integral, además de construir una nueva arquitectura financiera internacional que regule los flujos de capital y ponga fin a las crisis financieras.
Debemos revertir la salida neta de recursos financieros de los países del Sur y ocuparnos de los factores que causan esta fuga, para que los recursos fluyan hacia esos países.
Y finalmente, debemos corregir el déficit democrático en las instituciones mundiales. Las cuotas en las instituciones de Bretton Woods son anacrónicas, injustas e ilegítimas. El sistema de decisión de la OMC debe modernizarse, para hacer la transición a una organización realmente multilateral y democrática, en que los países en desarrollo puedan participar plenamente. Se debe dar más espacio a las organizaciones de la sociedad civil, para que sus voces puedan ser escuchadas.
En los últimos años, las ONG han jugado un papel cada vez más importante en cuestiones de financiación para el desarrollo. Por ejemplo, la campaña de la red Jubileo logró movilizar a la opinión pública sobre la necesidad de resolver el problema de la deuda. Las ONG estamos comprometidas a continuar e incrementar nuestro trabajo en este tema. Esperamos que los gobiernos y el sistema de las Naciones Unidas también estén a la altura de las circunstancias. (FIN) Third World Network Features.
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