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¿La OMC aprendió algo en Cancún?

por Chakravarthi Raghavan

A medida que los negociadores comerciales de países en desarrollo retornan a Ginebra y comienzan a evaluar los resultados de la Quinta Conferencia Ministerial de Cancún y el 'mapa de ruta' trazado por los seis párrafos de la declaración ministerial del 14 de setiembre, surgen indicios de que la OMC y los 'principales' pretenden seguir como si nada y aplicar los mismos procedimientos desacreditados para volver a encauzar las negociaciones de Doha por el mismo carril – quizás derecho hacia otra colisión.

Según datos no oficiales aportados por algunos funcionarios comerciales y varios diplomáticos de comercio de países en desarrollo, se estarían cancelando una cantidad de reuniones de negociación, fijadas con anterioridad a Cancún. La reunión del Grupo de Negociación sobre Reglas ya fue cancelada, y lo mismo pasaría con las Sesiones Especiales de Agricultura.

El Presidente del Consejo General, Carlos Pérez del Castillo, tendría previsto iniciar consultas, confesionales individuales y en grupo, tendientes a la realización de los procesos y resoluciones informales del Consejo General a nivel de jefes de delegación (JD). Según esta visión, los puntos prioritarios del proceso post Cancún impulsado por Pérez del Castillo serían Agricultura, Acceso a Mercados No Agrícolas y temas de Singapur.

Se sugiere que aunque en Cancún se descartó al menos tres temas - inversión, competencia y transparencia en las contrataciones públicas –y un cuarto (facilitación del comercio) quedó medio incierto, según la versión o versiones del proceso de 'Sala Verde' que se trasmita- mantenerlas sobre la mesa brindaría una ventaja. Esto es, podría pagarse o exigirse un precio para que la CE las retire del orden del día.

Este precio sería presumiblemente que el G-22 modificara sus reclamos agrícolas o India u otros aceptaran los reclamos de EE.UU.-UE en materia de acceso a mercados no agrícolas, etc.

Quizás la OMC tiene demasiados Borbones que no han aprendido las lecciones de la historia y están condenados a repetirla.

Existen al menos dos, si no más, visiones y versiones opuestas de lo que sucedió en Cancún, cuál fue la causa del fracaso y cómo hacer para echar a andar nuevamente la imponente maquinaria de la OMC.

La visión de la OMC, trasmitida informalmente a través de la prensa (aparte de culpar a los grupos no gubernamentales por 'cebar' a los países en desarrollo y particularmente al grupo ACP, y dentro de este a los países africanos más pequeños, para que plantearan 'reclamos irreales', como por ejemplo en la cuestión algodonera) y los 'pensamientos en voz alta' de los funcionarios de comercio emitidos en las conversaciones informales, es que toda la culpa del fracaso de Cancún la tiene el presidente de la Conferencia, Ministro mejicano Ernesto Derbez Bautista.

Según esta interpretación, Derbez cometió el 'error' inicial de no aceptar la posición de Pérez del Castillo y el secretariado de que todas las discusiones debían (como en Doha) basarse únicamente en el borrador de texto Ministerial y anexos propuesto por Pérez del Castillo, y que ningún otro documento de ningún grupo de países o ministros de países formalmente notificado debía ser incluido en las discusiones.

Si Derbez hubiera atendido este consejo, sin duda que la Conferencia habría seguido, incluso hasta el último día, discutiendo sobre los procedimientos y qué documento debía ser tratado en la reunión: las posiciones del Grupo de los 22, aun antes de que se inaugurara la conferencia, fueron expuestas claramente por el ministro de relaciones exteriores de Brasil Celso Amorim en Cancún luego de la reunión ministerial del grupo. Incluso antes, en Ginebra en el Consejo General, por el embajador brasileño, Luiz Felipe des Seixas Correa, donde en este sentido anunció que el texto borrador y el anexo agrícola de Pérez del Castillo eran sólo uno de los documentos a tratarse en Cancún, y que el marco del G-17 o 18 (en aquel entonces) también estaba sobre la mesa.

Derbez agravó este 'error' de permitir que todos los demás textos se pusieran sobre la mesa en igualdad de condiciones, al empezar con los temas de Singapur y luego al cerrar prematuramente la conferencia, cuando si se hubiera prolongado un día más (siguiendo la tradición de la OMC), y se hubiera mantenido la presión en la 'sala verde', se habría logrado aislar a los alborotadores, obligándoseles a ceder (como en Doha).

En esta visión fantasiosa, si se hubiera adoptado esta estrategia, las negociaciones habrían avanzado sobre la base del borrador de Pérez del Castillo, y las modificaciones introducidas en Cancún por el proyecto de texto del Presidente Derbez (del 13 de setiembre), y Cancún habría concluido exitosamente con un mandato modificado y con la perspectiva de retomar las negociaciones en Ginebra.

¿Quiénes son los “alborotadores”? En su declaración ante el Parlamento de la UE, el 24 de setiembre en Estrasburgo, el Comisionado de la CE, Pascal Lamy, ha señalado claramente al G-22 (aunque en su declaración no parece ir más allá de los integrantes originales del G-17 - 'Brasil, India, China, Sudáfrica y 13 países latinoamericanos.')

Describe al G-21 en sí como el producto de un 'extraño matrimonio' - entre un 'padre político' y una 'madre agrícola'.

El padre político (el o los alborotadores, en la visión de las autoridades de la OMC) "es la voluntad de hacer oír la voz de los países en desarrollo frente a un supuesto duopolio europeo-norteamericano".

Lamy está indignado porque no se distinguen las posiciones de EE.UU. de las de la UE – sobre acceso a medicamentos, temas de Singapur, IG (indicaciones geográficas de origen de productos), las consecuencias que para la OMC tienen las convenciones sobre biodiversidad y la reforma del sistema de solución de controversias de la OMC.

“El padre político del G-21,” afirmó Lamy ante el PE, “tenía probablemente horizontes más amplios que la OMC: creo que esta coalición traduce la voluntad de los grandes países emergentes de afirmarse en los debates internacionales. No pudieron hacerlo en las Naciones Unidas con respecto a Irak. Y lo han hecho en Cancún con respecto al comercio."

No queda demasiado claro cuál es la intención y la visión de Lamy al hablar de la incapacidad de los grandes países en desarrollo (¿India y China?) de imponerse en la ONU con respecto a Iraq – a menos que se trate de una táctica maquiavélica dirigida a retener el apoyo estadounidense y arrojarle una lanza a Chirac y Schroeder que se opusieron a EE.UU. en el tema Iraq.

Lamy pasa entonces a referirse a la madre agrícola del G-21, “ya que, medidos con el patrón de la OMC, los Estados Unidos y Europa son los principales suministradores de subsidios agrícolas.”

No obstante, agrega, el fracaso del debate significó que no pudiera abordarse el tema clave de la política agrícola común del futuro (no está claro si se refería a la política agraria común o a las normas y política de comercio agrícola de la OMC), en concreto “la diferencia entre los subsidios agrícolas que perturban los intercambios y los que no.” También habla de los ‘otros personajes’ que rodearon el nacimiento del G-21, el “tío industrial” de altos niveles de aranceles industriales, “muy impresionantes para nuestros exportadores y sin ninguna prisa en reducirlos."

“Para el G-21, la suma del éxito político de la afirmación de su existencia y de preocupaciones defensivas que, no por su carácter mercantil son menos legítimas en la OMC, ha pesado más ... que las perspectivas de éxito sobre la agricultura, sin duda también atractivas.”

El debate corto que se dio en el parlamento de la UE (los textos no corregidos están disponibles en el sitio web en idioma original, y las versiones corregidas, en inglés, estarán disponibles en breve) reveló que al menos dos o tres miembros plantearon el tema del mandato de Lamy (otorgado en vísperas de la Conferencia Ministerial de Seattle en 1999, y que no ha sido modificado ni renovado desde entonces). Caroline Lucas, del partido Verde, destacó que un mandato otorgado para la Conferencia Ministerial de Seattle (ni hablar de Doha y Cancún) ya no tiene vigencia ni validez, y que la UE/CE no puede ahora, luego de que fracasaran dos de tres ministeriales, hacer de cuenta “que no pasó nada.... La UE debe aceptar ahora el veredicto de los países en desarrollo que no quieren las negociaciones sobre los temas de Singapur... tenemos que abandonar, no sólo dos, sino los cuatro temas."

Glenys Kinnock (del Reino Unido), al evaluar la situación en su intervención, señaló que el “orden del día sumamente sobrecargado” que tuvieron que abordar los ministros en Cancún originó un proceso que era claramente insostenible. Todo el proceso fue un tiempo perdido, hasta el sábado (13 de setiembre) en que apareció un nuevo texto (el borrador modificado por Derbez) “para consternación de los países en desarrollo.”

Los países en desarrollo “al llegar a Cancún tuvieron realmente la sensación, luego confirmada por este texto modificado, de que “la visión, promesa y aspiración de Doha estaba seriamente amenazada, porque los temas sustanciales de agricultura, algodón y otras cuestiones nuevas, que son importantes para los países en desarrollo no están siendo abordados... Debemos reconocer muy claramente la percepción que tienen los países en desarrollo. No alcanza con venir acá y decir que los países en desarrollo pedían demasiado. Deberían sentirse insultados por la insinuación de que las ONG fueron capaces de manipular y manejar sus opiniones en la forma que han dicho algunos." (Los informes de la prensa occidental, después de Cancún, dijeron que las ONG anti OMC habían informado y engañado a las naciones en desarrollo, en particular a las africanas!).

Kinnock preguntó qué tipo de 'puentes está tendiendo y qué confianza está fomentando' Lamy. En cuanto a los temas de Singapur, Kinnock señaló que el Ministro de Comercio del Reino Unido había informado al Parlamento que estaba gestionando una reunión con Lamy sobre los temas de Singapur, donde procuraría que este le asegurara que mantendría la posición adoptada en Cancún, y que la UE no seguiría presionando para imponer las negociaciones sobre inversión y competencia.

Está claro que Lamy se esfuerza por desviar la crítica de su desastrosa política comercial exterior, creando el gran espectro del 'padre político y la madre agrícola', en un intento por disolver al G-22 y las sugerencias de que el núcleo del grupo pretendía consolidarse más allá de los temas meramente agrícolas.

Sin embargo, si en la OMC se permite a Pérez del Castillo salirse con la suya, la OMC podría enfrentar daños irreparables. Uruguay es quizás la excepción en el Cono Sur de América Latina, frente a Brasil y Argentina que están apartándose de las tendencias económicas neoliberales del pasado e intentando encontrar un espacio y una identidad propias, en contra de EE.UU. y sus dictados.

Uruguay, en cambio, según el análisis de algunos de los grupos de la sociedad civil de la región, a pesar de estar sufriendo una grave crisis económica y un estancamiento o decaimiento de su producción, sigue fielmente apegado a los lineamientos de EE.UU.

En el proceso de consultas, afirman varios diplomáticos de comercio, sin empantanarse en largas discusiones en torno al procedimiento, algunas cuestiones básicas resultan prioritarias en el proceso post Cancún.

Todos los debates de Cancún (en torno al borrador ministerial de Pérez del Castillo e incluso del texto de Derbez) se dieron en las reuniones informales de JD – y por lo tanto no existen actas oficiales. De manera que no queda claro cómo ha de determinarse qué avances se lograron en Cancún (párrafo 3 del texto Ministerial) ni cuáles son los temas 'pendientes' sobre los que se pide a los representantes comerciales que continúen trabajando a nivel oficial en Ginebra, “tomando plenamente en cuenta todas las posiciones expresadas en esta Conferencia (Cancún).”

¿A qué bagaje traído de Cancún se está refiriendo el párrafo 5 cuando dice "Llevaremos todo el trabajo valioso realizado en esta conferencia”? En el mismo párrafo se afirma que "En todas aquellas áreas en las que se ha logrado un alto nivel de convergencia en los textos, nos comprometemos a mantener la convergencia a la vez que trabajamos hacia un resultado global aceptable.”

¿Cómo han de identificarse todos estos para luego incorporarse al proceso que se les ha pedido a Pérez del Castillo y Supachai que “coordinen” (no se les ha dado ningún otro mandato, más allá del rol de coordinadores)? Dadas las experiencias y actas anteriores, varios diplomáticos comerciales ni siquiera confían en la capacidad o probabilidad de que el secretariado y sus funcionarios preparen actas fidedignas de lo que sucedió en Cancún (de los registros en audio que deben de estar disponibles).

Quizás un punto de partida para lograr la ‘transparencia’ y fomentar la confianza sería que se entregaran todas las grabaciones de las reuniones de JD a un servicio externo de desgrabación que produzca copias actas literales sin corregir para su distribución entre todas las delegaciones. Lo que se logró en la investigación Hutton en el Reino Unido, no sería un reto tan difícil de igualar para la OMC, en término de actas, disponibles casi inmediatamente.

El autor es Editor en Jefe de South North Development Monitor (SUNS)




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