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No. 71 - Setiembre 1997

PARLAMENTO EUROPEO

La vida también puede patentarse

por Chakravarthi Raghavan

El Parlamento Europeo ya aprobó la patentabilidad de animales, plantas, genes humanos, células y otras partes del organismo. La campaña de las ONG no pudo competir con los esfuerzos de la industria biotecnológica de Europa y Estados Unidos.

El Parlamento Europeo aprobó el informe de su Comisión de Asuntos Jurídicos sobre una propuesta de la Unión Europea para legalizar la patentabilidad de animales, plantas y componentes del organismo humano como genes y células. El informe fue aceptado por una mayoría de 378 votos, con 113 en contra y 19 abstenciones.

La propuesta de Directiva sobre Protección Jurídica de las Invenciones Biotecnológicas será presentada al Consejo de Ministros de la Unión Europea antes de volver al Parlamento para su ratificación final. A menos que los ministros modifiquen la propuesta, la patente de animales, plantas y partes humanas será legal en Europa.

Sólo se realizaron algunas pequeñas modificaciones a las recomendaciones de la Comisión, requiriendo, por ejemplo, que las solicitudes de patentes de plantas y animales especifiquen el origen geográfico de éstos y demuestren que "el material ha sido utilizado de acuerdo con las disposiciones legales vigentes sobre acceso y exportación en el lugar de origen". En el caso de las patentes de materiales humanos, debe darse el nombre y el domicilio de la persona en cuestión y debe probarse el consentimiento voluntario e informado de la persona de la cual se extrajo el material.

Estas modificaciones podrían considerarse una mejora con respecto a la situación de Estados Unidos, donde está en ciernes un "supermercado del cuerpo humano", según Andrew Kimbrell, experto en patentes. "Los organismos gubernamentales perfeccionan cada vez más los medios técnicos y jurídicos para patentar numerosas formas de vida y miles de genes y células humanas. Si esta tendencia no se detiene, la plaga de las patentes continuará transgrediendo la vida en todas sus formas", advirtió Kimbrell.

"Legislación" judicial

La situación de Estados Unidos existe gracias a la "legislación" judicial, es decir, sentencias que sientan precedentes, primero en el caso Chakrabarti y luego en el de John Moore. En este último caso, la Corte decidió que un paciente al cual se le extrajo tejido no podía reclamar "derecho de propiedad" sobre ellos, y que los genes y líneas de células desarrollados a partir de dichos tejidos podían ser patentados. Sin embargo, el tribunal halló que los médicos y asistentes que extrajeron los tejidos tenían una "obligación fiduciaria" para con el paciente, por no haberle revelado su interés personal en el asunto, independientemente del tratamiento de su enfermedad. Luego, en 1991, se otorgaron patentes sobre líneas de células humanas.

Grupos ambientalistas europeos intentaron antes de la votación -y luego de conocerse el informe de la Comisión de Asuntos Jurídicos- que los parlamentarios europeos rechazaran el patentado de formas de vida, pero la campaña de las organizaciones no gubernamentales (ONG) no pudo competir con los esfuerzos sólidamente financiados de la industria biotecnológica de Europa y Estados Unidos, así como con las opiniones de la Comisión Europea favorables a la directiva modificada.

Las decepcionadas ONG europeas consideraron que la decisión del Parlamento fue un revés no sólo para Europa sino para el resto del mundo, particularmente para las comunidades locales y los pueblos indígenas de países en desarrollo que luchan por la conservación y el uso de la biodiversidad en forma sustentable y equitativa. "Se trata de malas noticias no sólo para los europeos, sino para todo el mundo", manifestó Henk Hobbelink, director del grupo español Acción Internacional para los Recursos Genéticos (GRAIN).

Sistema de patentes de vida plenamente desarrollado

La nueva legislación permitirá a las compañías biotecnológicas internarse en campos y bosques del Tercer Mundo y regresar a sus países con valiosos recursos genéticos que podrán patentar en Europa, señaló Hobbelink.

La campaña ambientalista logró una pequeña modificación en el sentido de que los agricultores de la Unión Europea podrán replantar semillas patentadas, pero sólo los agricultores más pequeños estarán exentos del pago de regalías. En cuanto al resto, destacó GRAIN, la Unión Europea se dirige hacia un sistema de patentes de vida plenamente desarrollado, tal como pretenden las empresas de biotecnología y el gobierno de Estados Unidos.

"Aún existe una posibilidad de que algunos gobiernos y corporaciones de la Unión Europea no estén satisfechos y por lo tanto la directiva vuelva a ser discutida en el Parlamento Europeo", señaló la ONG en su evaluación. "Además, también se prevén grandes debates a nivel nacional, ya que las leyes domésticas deberán ser modificadas". Pero la votación del Parlamento Europeo "constituye claramente un paso hacia atrás" para aquellos que combaten la privatización de la vida, concluyó GRAIN.

La principal consecuencia fuera de Europa es que los estados miembros de la Unión Europea probablemente dejarán de apoyar a los gobiernos y grupos del Tercer Mundo que luchan para impedir el patentado de plantas y animales, según el Acuerdo sobre los derechos de propiedad intelectual relacionados con el Comercio (TRIPs) de la Organización Mundial de Comercio (OMC). Esta disposición en particular será revisada en 1999.

Por ahora, el Acuerdo sobre TRIPs permite a los miembros de la OMC excluir de la patentabilidad plantas y animales siempre que provean algún sistema eficaz sui generis para proteger obtenciones de plantas, pero Estados Unidos presiona para eliminar este derecho y, sin la activa resistencia de Europa, esta pequeña escapatoria para los países en desarrollo probablemente se perderá en 1999.

Mutua complacencia

Trascendió que la Comisión Europea estaría dispuesta a apoyar a Estados Unidos en esa iniciativa a cambio de respaldo para modificar las disposiciones de los TRIP sobre apelaciones en cuanto al origen geográfico de vinos y otras bebidas alcohólicas. Sin embargo, GRAIN se manifestó complacida por la gran oposición de la sociedad civil a tales iniciativas, dentro y fuera de Europa. Cientos de organizaciones firmaron declaraciones y resoluciones contra las patentes de formas de vida y lo denunciaron ante medios masivos de comunicación.

ONG europeas y del resto del mundo afirmaron, en una rueda de prensa conjunta en Estrasburgo, que la votación del Parlamento Europeo "demuestra una falta deplorable de responsabilidad democrática", ya que contraría las preocupaciones expresas de casi todos los sectores de la sociedad civil europea al permitir patentar la vida para beneficio exclusivo de las grandes compañías biotecnológicas.

Iglesias, asociaciones médicas, pacientes, agricultores, criadores de animales y plantas, grupos de desarrollo, ambientalistas, organizaciones de defensa de los animales y muchos otros sectores expresaron en los últimos meses su fuerte oposición a la patentabilidad de formas de vida, pero los miembros del Parlamento Europeo prefirieron ignorar los intereses de su electorado y sucumbieron "a las amenazas y las dudosas promesas de la industria transnacional".

Esta decisión, arguyeron las ONG, aumentará la desconfianza del público hacia las instituciones europeas y profundizará la impresión de que la Unión Europea es sólo una unión de industrias en lugar de una unión de pueblos.

La genetista Ricarda Steinbrecher, portavoz de la Red Ambiental de la Mujer, sostuvo que el Parlamento Europeo "se vendió" a la industria farmacéutica y biotecnológica al ignorar las recomendaciones de importantes científicos declarando que los genes son "invenciones" y que plantas, animales y partes del organismo humano pueden ser patentados. "Hay algo muy malo en nuestro proceso democrático si sólo se escucha a aquéllos que presionan con millones de dólares, dejando sin posibilidades a ONG, grupos humanitarios e individuos", agregó.

"La Unión Europea acuerda proteger a los animales en el nuevo protocolo que se anexará al tratado de Amsterdam con una mano, y con la otra les quita protección al aprobar la Directiva sobre Protección Jurídica de las Invenciones Biotecnológicas", afirmó Abby Munson, directora de campaña del Foro de Genética. "Los miembros del Parlamento Europeo han vendido nuestro reino animal al mejor postor".

El papel de Burson-Marsteller

La industria biotecnológica europea contrató a una agencia de relaciones públicas llamada Burson-Marsteller para montar una campaña que logre la aceptación pública de la ingeniería genética y sus productos. El contrato se filtró y fue publicado por la organización ambientalista internacional Greenpeace en Internet.

La estrategia revelada en el documento consiste en:

* evitar la preocupación pública sobre aspectos ambientales y de salud, así como el aspecto de los beneficios económicos, permitiendo que gobernantes y legisladores representen los intereses de la industria;

* proporcionar al público estrechos beneficios "de consumidor" por medio de "símbolos que generen esperanza, satisfacción, cuidado y autoestima";

* diseñar una estrategia de marketing por la cual los comerciantes minoristas parezcan realizar una libre elección al comerciar con productos manipulados genéticamente y "desestimular en forma activa la cobertura periodística en vivo" del congreso de compañías biotecnológicas realizado en junio en Amsterdam, debido a los "riesgos" asociados con la presencia de camarógrafos y periodistas en los debates sobre cuestiones que preocupan al público; y por último,

* suministrar una información de estilo cuidado a los medios, especialmente a las radios, para "convertir la información periodística en una forma más de publicidad en lugar de un foro de discusión serio sobre temas relativos a la aplicación de la ingeniería genética y el enorme impacto de esa tecnología en el futuro de la sociedad y las relaciones sociales". (Citas del documento de Burson-Marsteller).

"La mayoría de los periodistas y editores no tienen una agenda personal sobre la cobertura de la biotecnología y las industrias relacionadas, sino que se preocupan más por producir material que pueda venderse bajo extremas presiones de tiempo", dice el documento.

Según Greenpeace, Burson-Marsteller realizó campañas de relaciones públicas para el régimen militar de Argentina y en asuntos polémicos, como la crisis de la vaca loca en Gran Bretaña, el derrame petrolero del Exxon-Valdez y la tragedia de Bhopal, en India.
El texto de la Directiva

La Directiva sobre Protección Jurídica de las Invenciones Biotecnológicas establece que los descubrimientos de elementos ya existentes en la naturaleza nunca podrán ser patentados. Sin embargo, permite patentar "invenciones" que utilicen material biológico básico para resolver problemas médicos y agrícolas.

Para indignación de los parlamentarios ambientalistas europeos y otros que creen que la propuesta va demasiado lejos al permitir la posesión de formas de vida, la ley también permite patentar genes y otras partes del organismo humano "si están aisladas del cuerpo humano o se producen por medio de un proceso técnico". Esto será permitido "aun si la estructura del nuevo elemento es idéntica a la del elemento natural", aunque la solicitud de patente debe citar una aplicación industrial.

El proyecto de Directiva también permite procesos que modifiquen la identidad genética de los animales, siempre que no cause "un sufrimiento desproporcionado respecto de los objetivos perseguidos".

La aprobación del texto de la Comisión sin cambios sustanciales marca un paso significativo en una campaña de nueve años por lograr una ley de patentes uniforme para toda la Unión Europea. Los partidarios de la propuesta señalaron que fue necesario armonizar los 15 sistemas legislativos nacionales del bloque regional para promover la inversión europea en la lucrativa industria de la biotecnología y eliminar el riesgo de demandas judiciales.

La Comisión y la industria en cuestión argumentan que las compañías deben ser capaces de patentar invenciones basadas en material humano con el fin de impedir que otros se beneficien económicamente de sus costosos esfuerzos por encontrar una cura del cáncer y otras enfermedades.

La aprobación del proyecto fue acogida con beneplácito por la Federación Europea de Asociaciones de Industrias Farmacéuticas, la cual destacó que la protección otorgada a las inversiones por las patentes ayudará a las empresas europeas a competir con sus rivales de Estados Unidos y Japón.



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