No. 71 - Setiembre 1997

INTEGRACIÓN

Las ONG del Caribe buscan su lugar

Representantes de la sociedad civil de la Cuenca del Caribe decidieron en agosto en Venezuela buscar una participación propia en la integración regional, para promover cambios que incorporen los aspectos social y ecológico, hasta ahora marginados del proceso impulsado por los gobiernos.

Delegados de organizaciones no gubernamentales (ONG) y entidades académicas de los 25 países insulares y continentales que forman la Asociación de Estados del Caribe (AEC) se reunieron del 20 al 23 de agosto en Caracas, convocados por el Instituto Venezolano de Estudios Sociales y Políticos, para analizar la forma de hacer más participativa la integración promovida por los gobiernos.

Andrés Serbin, anfitrión de la cita de Caracas, indicó que las ONG consolidaron su propia integración y sostendrán un foro entre el 23 y 26 de noviembre, para coordinar las propuestas que llevarán a la reunión ministerial de la AEC, que tendrá lugar los tres días siguientes en Cartagena, Colombia.

La sociedad civil organizada pedirá ser oída en el Consejo Ministerial de la AEC, una ambiciosa iniciativa que se formalizó en 1994 e integra a países de la anglófona Comunidad del Caribe (Caricom), los siete países centroamericanos, Cuba y al Grupo de los Tres (G-3), formado por Colombia, México y Venezuela, para entregarle su paquete de propuestas, entre ellas ser aceptada como miembro consultivo.

Estos procesos también han comenzado a impulsarse en el resto de América del Sur y en un futuro convergerían en un movimiento regional para influir en la integración, de tal modo que trascienda el área económica. En este sentido, en octubre se realizará en Argentina un taller similar al de Caracas de los países del Mercosur y la Comunidad Andina.

En Caracas, las ONG y centros de investigación de la cuenca coincidieron en que el modelo de integración aplicado en América Latina y el Caribe no toma en cuenta los temas sociales, ecológicos, laborales y de género.

Serbin, presidente del Instituto Venezolano de Estudios Sociales y Políticos, dedicado a tender puentes entre el Caribe anglohablante y América Latina, dijo que los procesos de integración actuales tratan de responder al reto de la globalización impuesto desde el Norte de acuerdo a sus modelos y enfoques. "La integración debe responder a las necesidades de la sociedad y atenderlas, porque si no, como sucede ahora, se queda en procesos y agendas muy incompletos", afirmó y citó como ejemplo que la AEC tiene como sus temas de atención el comercio, el turismo y el transporte, pero no incluye aspectos como el empleo, el ambiente o la perspectiva de género, que la sociedad civil considera vitales.

El foro de Caracas mostró que el eje de la preocupación radica en qué tipo de integración se lleva a cabo, centrada en el economicismo, y más precisamente en la apertura de mercados, sin contemplar lo que la base social requiere e incluso afectándola negativamente.

En el encuentro se determinó que cuando los gobiernos indican que sólo allanan el camino para un proceso en que los actores reales son los empresarios y los sindicatos, están excluyendo a la sociedad civil y las organizaciones que la expresan.

Un segundo eje que preocupa a todos es cómo se articula el proceso de integración con el de la democratización y la gobernabilidad, y cómo la sociedad civil puede cumplir un papel propio en esos procesos de la democracia, la ciudadanía y la representatividad.

A estos dos primeros se agrega un tercer interrogante: cómo debe surgir un movimiento organizado a nivel regional de la sociedad civil y, una vez decidido esto, cuál es la agenda regional y los mecanismos de participación en la toma de decisiones.

La salvadoreña Celina Monterroso, secretaria ejecutiva de la Concertación Centroamericana de la red de ONG, indicó que un problema adicional es que los gobiernos consideran la sociedad civil como sinónimo de sociedad en general, "con el objetivo de invisibilizar al movimiento organizado". Es una manera, a su juicio, de opacar las propuestas alternativas frente al proceso de desarrollo en su conjunto y también al de integración.

El planteamiento de la sociedad civil de la cuenca del Caribe es que la integración para ser completa debe incluir, además de los temas económicos y de democracia, los del desarrollo social -pobreza y desempleo, entre ellos-, medio ambiente, equilibrio de género e identidad regional, en educación y cultura.

En el encuentro se determinó el establecimiento de una sociedad civil regional que, pese a su heterogeneidad y diversidad, se asentará en sus posiciones comunes ante la integración y la globalización para hacer que "no sea impuesta desde arriba hacia bajo, sino desde abajo hacia arriba", dijo el jamaiquino Nevil Duncan, director del Instituto de Investigaciones Sociales y Económicas de la Universidad de las Indias Occidentales. En el fondo, se trata de promover un nuevo tipo de gobernabilidad, en el que junto con los estados, los empresarios y los trabajadores, participe en la toma de decisiones la sociedad civil.

Pero los participantes en el encuentro no pretenden integrarse sólo para actuar en el plano del AEC, sino que ya están vinculados a los bloques subregionales que existen entre sus 25 estados miembros y también aspiran a tomar posición colectiva ante los procesos de integración regional y hemisférica, como la proyectada Area de Libre Comercio de América (ALCA) o los dos polos surgidos al norte y sur del continente: el Mercosur y el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. (IPS)