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OMC: Presidente de negociaciones sobre agricultura emite informe preliminar para CNC

por Kanaga Raja

El presidente de la sesión especial del Comité de Agricultura, el embajador neozelandés Crawford Falconer, emitió el martes su informe preliminar sobre las negociaciones de agricultura, que presentará al presidente del Comité de Negociaciones Comerciales (CNC) y director general de la OMC, Pascal Lamy.

Falconer presentó su informe preliminar el martes en una reunión informal sobre agricultura, tras lo cual el documento circuló entre los miembros. En la noche se iba a realizar otra reunión informal para que los miembros hicieran sus observaciones.

El presidente había dicho que haría después los cambios necesarios y pasaría el texto a Lamy. Los miembros decidirían entonces, a nivel del CNC, qué hacer con el texto sobre agricultura.

El informe fue preparado “bajo mi propia responsabilidad”, dijo Falconer, y agregó que lo hizo en respuesta a instrucciones dadas por los miembros en la sesión especial del Comité de Agricultura del 11 de noviembre de 2005.

“Los miembros dejaron muy claro que pretendían de mí un resumen objetivo de la situación actual de las negociaciones. La reunión dejó claro que los miembros no esperaban ni deseaban nada que implicara más que eso”, expresó en su informe preliminar.

“En particular, tras la decisión de la reunión de jefes de delegación, quedó claro que no se alcanzarían modalidades plenas en Hong Kong. Los miembros no querían nada que sugiriera un acuerdo implícito o explícito donde no existía”, subrayó.

“En cuanto a este documento, es precisamente lo que sugiere su nombre, ni más, ni menos. Es el informe del presidente, por lo tanto no es ningún texto acordado por los miembros, en ningún sentido. No prejuzga de forma alguna las posiciones de los miembros sobre ningún asunto, dentro o fuera del informe. Y ciertamente no obliga a los miembros de ninguna forma”, recalcó Falconer.

“He tratado de plasmar lo más claramente posible ese progreso condicional desde julio de 2004. En ese proceso, no intenté barrer bajo la alfombra las diferencias que persisten”, aclaró.

“El futuro de este documento está totalmente en manos de los miembros del CNC. Tal como lo veo, esto es la salvaguarda adecuada de la integridad de lo que se ha dado en llamar un proceso ‘de abajo hacia arriba”, dijo.

El informe esboza los tres pilares de las negociaciones sobre agricultura (ayuda interna, competencia de exportaciones y acceso a los mercados) así como una sección sobre otros elementos, los países menos adelantados y los miembros que recién ingresaron a la organización.

En cuanto a la ayuda interna, el documento señala que ha habido un gran potencial de convergencia, pero sobre una base manifiestamente condicional. Esta sección abarca el recorte general, las medidas de minimis, el compartimento azul, la medida global de la ayuda y el compartimento verde.

En cuanto al recorte general, hay una hipótesis de trabajo basada en tres bandas para los países industrializados, señala el informe. Esas bandas serían: de 0 a 10.000 millones de dólares, de 10.000 a 60.000 millones, y de más de 60.000 millones. Sobre esta base, la Unión Europea estaría en la banda superior, Estados Unidos y Japón en la segunda, y todos los otros países industrializados, en la tercera.

Se considera que a los países en desarrollo se les debe asignar la banda correspondiente (la inferior) o una banda separada.

Sobre la base de las propuestas posteriores a julio de 2004, ha habido un notable progreso y una innegable convergencia en cuanto a la gama de recortes, aunque siempre condicional.

Las siguientes bandas constituyen una instantánea de la situación actual, dice el documento: la primera banda tendría un umbral de 0 a 10.000 millones de dólares, con recortes de 31 a 70 por ciento; la segunda banda tendría un umbral de 10.000 a 60.000 millones, con recortes de 53 a 75 por ciento, y la tercera banda tendría un umbral mayor de 60.000 millones, con recortes de 70 a 80 por ciento.

En cuanto a las medidas de minimis, el documento dice que sobre las medidas específicas de productos y las no específicas hay una “zona de compromiso” para que los países industrializados realicen recortes entre 50 y 80 por ciento.

Con respecto a los países en desarrollo, todavía hay diferencias a salvar. Además de la excepción prevista específicamente en el marco, predomina la opinión de que ningún país en desarrollo debería recortar su ayuda de minimis. Una alternativa es que aquellos países en desarrollo sin medida global de la ayuda sean exentos del recorte, y en todo caso, que el recorte para aquellos con medida global de la ayuda no supere dos tercios del recorte de los países industrializados.

En relación con el compartimento azul, hay una significativa voluntad de avanzar más allá de los pagos (es decir, restringirlos más) previstos en el marco de julio de 2004. Sin embargo, la técnica para alcanzar esto todavía se debe determinar. Una propuesta consiste en reducir el actual tope de cinco por ciento a 2,5 por ciento. Otra propuesta rechaza esto a favor de criterios adicionales para disciplinar solamente el llamado “nuevo” compartimento azul. Otras son una combinación de ambas e incluyen disciplinas adicionales sobre el “viejo” compartimento azul.

Con respecto a la medida global de la ayuda, el informe dice que:

* Existe una hipótesis de trabajo que prevé tres bandas para los países industrializados.

* Se está muy cerca de un acuerdo sobre los umbrales para esas bandas. Parece haber coincidencia en cuanto a que la banda superior debería ser de 25.000 millones de dólares o más. Subsisten diferencias en cuanto al tope de la banda inferior: entre 12.000 y 15.000 millones de dólares.

* Se acordó una hipótesis de trabajo de que la Unión Europea debería situarse en la franja superior, y Estados Unidos en la segunda. La base para la colocación de Japón entre esas dos franjas se ha estrechado, pero todavía no se llegó a una resolución final.

*Ha habido una innegable convergencia significativa sobre la gama de recortes. Por supuesto que es condicional, pero se ha avanzado mucho desde el marco de julio de 2004.

Las siguientes bandas constituyen una instantánea de la situación actual, dice el documento: la primera banda tendría un umbral de 0 a 12.000/15.000 millones de dólares, con recortes de 37 a 60 por ciento; la segunda banda tendría un umbral de 12.000 a 15.000 /25.000 millones, con recortes de 60 a 70 por ciento, y la tercera banda tendría un umbral mayor de 25.000 millones, con recortes de 70 a 83 por ciento.

*Para los países industrializados en la banda inferior, con una medida global de la ayuda relativamente alta en comparación con el valor total de la producción agrícola, existe un consenso emergente sobre que su reducción relacionada con bandas debería ser complementada con un esfuerzo adicional.

*Lo que se necesita ahora es un paso más para salvar la brecha entre posiciones, en especial en lo concerniente a Estados Unidos y la Unión Europea, en el entendido de que éste no es un asunto a resolver en forma aislada de los otros elementos de este pilar y otros.

*En cuanto al período básico para establecer topes a productos específicos, hay ciertas propuestas sobre la mesa (por ejemplo, 1995-2000 y 1999-2001). Esto se debe resolver de manera adecuada, incluyendo la forma de aplicación del trato especial y diferenciado.

Con respecto al compartimento verde, el informe dice que el compromiso de revisión y aclaración no produjo ninguna convergencia discernible sobre resultados operativos. Es decir que, por un lado, hay un firme rechazo a todo lo que aparentemente se aparte de las disciplinas vigentes, y por otro, una sensación de que se debe hacer más para revisar el compartimento verde sin debilitar la reforma en curso. Más allá de eso, existe también una apertura apreciable a fin de buscar caminos adecuados para que el compartimento verde sea más “orientado al desarrollo”, es decir, más favorable a la realidad de la agricultura en los países en desarrollo, pero de modo que respete el requisito fundamental de una distorsión comercial mínima, a lo sumo.

En la sección referente a la competencia de exportaciones, el documento dice que, aunque ha habido propuestas concretas sobre un plazo final para la eliminación de toda forma de subsidios a las exportaciones, no existe convergencia en esta etapa. Hubo sugerencias en cuanto al principio de “carga frontal” o eliminación acelerada para productos específicos, en particular el algodón.

En materia de créditos a la exportación, el informe señala que se ha logrado una convergencia sobre varios elementos de disciplinas con respecto a los créditos, las garantías de créditos y los programas de seguros con períodos de reembolso de 180 días o menos. Sin embargo, quedan pendientes varias cuestiones críticas.

Sobre las empresas comerciales exportadoras del Estado, hay convergencia material sobre normas contra las prácticas distorsionadoras del comercio identificadas en el marco de julio de 2004, aunque persisten grandes diferencias sobre el alcance de las prácticas que deben abarcar las nuevas disciplinas. Fundamentalmente, subsisten posiciones opuestas en cuanto al uso futuro de poderes monopólicos. Ha habido propuestas concretas sobre definición de entidades, prácticas a abordar y transparencia, pero no ha habido una convergencia real en esas áreas.

En lo relativo a la ayuda alimentaria, el informe señala que ha habido intensas y detalladas discusiones, algunas basadas en textos, pero no al punto de consolidar un texto preliminar.

Con respecto al acceso a los mercados y al enfoque progresivo, el documento dice:

* Hemos progresado en materia de equivalentes ad valorem. Esto ha creado con éxito una base para asignar productos a las bandas en la fórmula progresiva.

* Hay una hipótesis de trabajo de cuatro bandas para estructurar los recortes arancelarios.

* Ha habido una convergencia muy considerable sobre la adopción de un enfoque lineal para los recortes dentro de esas bandas. Por supuesto, los miembros no han abandonado formalmente sus posiciones. “Ahora debemos reducir las diferencias persistentes. Entre éstas, se cuenta la cuestión de la inclusión o no de un ‘pivot’ en cualquier banda”.

* Los miembros han hecho grandes esfuerzos para promover la convergencia sobre el monto de los recortes reales a realizar dentro de esas bandas. Pero aunque se han hecho esfuerzos auténticos por avanzar a partir de las posiciones formales (que por supuesto persisten), aún deben salvarse grandes brechas. Se ha alcanzado una convergencia algo mayor en cuanto a los umbrales de las bandas. Claramente, es esencial un movimiento sustancial para progresar.

* Algunos miembros siguen rechazando por completo el concepto de tope arancelario. Otros propusieron un tope de 75 a 100 por ciento.

* Los miembros se han preparado para realizar propuestas concretas aunque condicionales sobre varios productos sensibles. Pero dado que las propuestas se extienden de sólo uno por ciento hasta 15 por ciento de las líneas arancelarias, es esencial cerrar más esta brecha para poder avanzar.

* Se debe resolver la divergencia fundamental en cuanto al enfoque básico al tratamiento de productos sensibles. Más allá de eso, debe haber convergencia sobre el consiguiente grado de liberalización para tales productos.

En cuanto al trato especial y diferenciado, así como para los países industrializados, hay una hipótesis de trabajo de cuatro bandas para los países en desarrollo, dice el documento. No hay desacuerdo en cuanto a recortes menores dentro de las bandas. Cierto grupo de opinión está abierto a considerar recortes de dos tercios del monto de los recortes para los países industrializados como posibilidad factible a partir de la cual buscar más intensamente una convergencia. Sin embargo, persiste un desacuerdo sustancial, más marcado en cuanto a la cuestión conexa de los umbrales mayores para los países en desarrollo.

Algunos miembros siguen rechazando por completo la idea de un tope arancelario para los países en desarrollo, mientras que otros propusieron un tope de 150 por ciento.

Para los productos sensibles, no hay desacuerdo en cuanto a que debería haber mayor flexibilidad para los países en desarrollo, pero se debe definir mejor la medida de ese flexibilidad, fijando necesariamente (pero no exclusivamente) los límites de la zona de convergencia para los países industrializados.

Con respecto a la designación de los productos especiales, el documento dice que ha habido una fuerte divergencia entre aquellos miembros que consideran que, antes de establecer calendarios, se debe crear una lista no exhaustiva e ilustrativa de indicadores basados en criterios, y aquellos que procuran una lista que actúe como filtro para la selección de tales productos. Últimamente, se propuso que los países miembros en desarrollo tengan derecho a designar al menos 20 por ciento de sus líneas arancelarias agrícolas como productos especiales, y además a designar un producto especial para el cual se haya notificado la medida global de la ayuda y que haya sido exportado. Este asunto debe resolverse como parte de las modalidades, a fin de asegurar la base sobre la cual los miembros puedan designar productos especiales.

El informe señala también que se han dado ciertos pasos recientes hacia una convergencia en cuanto al tratamiento de los productos especiales. Algunos miembros consideran que los productos especiales deberían estar totalmente exentos de nuevos compromisos de acceso a los mercados, además de disponer de acceso automático al mecanismo de salvaguarda especial. Otros han argumentado que debería haber cierto grado de apertura de mercados para estos productos, aunque reflejando un trato más flexible que para otros productos. En presencia de esta divergencia fundamental, ha sido claramente imposible llegar a definir tal flexibilidad.

Sobre el mecanismo de salvaguarda especial, dice el informe, hay acuerdo en cuanto a que debería existir y adecuarse a las circunstancias y necesidades especiales de los países en desarrollo. No hay desacuerdo material en cuanto a que debería fijarse una cantidad desencadenante, ni a que el mecanismo debería ser capaz, al menos, de contrarrestar “oleadas” de importación. Persisten diferencias sobre si contemplar, y de qué manera, situaciones que no llegan a ser “oleadas”, pero hay acuerdo en cuanto a cualquier recurso debería ser de naturaleza temporal. Hay todavía fuertes diferencias sobre si la salvaguarda especial debería ser basada en precios, y cómo se implementaría esto, para abordar específicamente los efectos en los precios.

Hay cierta apertura, aunque a niveles variables, para considerar al menos la cobertura de productos que podrían sufrir efectos significativos por la liberalización, y/o que ya están consolidados a niveles bajos y/o son productos especiales. Más allá de eso, sin embargo, subsiste una diferencia fundamental entre aquellos que consideran que todos los productos deberían ser elegibles para tal mecanismo y aquellos que se oponen a ese criterio general.

En cuanto a otros elementos, el informe señaló que no ha habido más convergencia material sobre los asuntos abarcados en los párrafos 35 a 37 del marco de julio. Se han hecho propuestas concretas sobre cómo implementar el marco de julio en lo relativo a productos tropicales y diversificación, pero persisten diferencias sobre la interpretación precisa de esta sección del marco, y no se ha establecido un enfoque común. Tampoco hay convergencia sobre la manera en que este elemento del marco se relaciona con otras disposiciones de éste relativas a la erosión de las preferencias y a preferencias antiguas.

En relación con los países menos adelantados, el documento dice que no se ha cuestionado el párrafo 45 del marco de julio, que los exonera de cualquier compromiso de reducción.

Sobre el algodón, el informe señala que hay un reconocimiento auténtico del problema a resolver y que se han realizado propuestas concretas, pero que no se han alcanzado progresos concretos y específicos. Por ejemplo, hay coincidencia en cuanto a que todas las formas de subsidios a la exportación del algodón deben eliminarse, pero falta especificar los tiempos y el ritmo. Las propuestas para eliminarlos de inmediato o a partir del primer día del período de implementación no son compartidas por todos los miembros. En el caso de la ayuda distorsionadora del comercio, los proponentes procuran la eliminación completa con una implementación de “carga frontal”.

Una corriente de opinión considera que estos elementos sólo podrían determinarse en el contexto de un acuerdo general. Otra corriente considera que podría haber al menos una reducción sustancial de carga frontal sobre el algodón, específicamente desde el primer día de la implementación, y que la mayor parte de ésta debería alcanzarse en 12 meses, mientras que el resto sería completado en un plazo más breve que el período general de implementación para la agricultura, dice el informe. (FIN)




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