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   Nº 199 – Diciembre 2005
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Nº 199 – Diciembre 2005

Unión Europea: reforma agrícola a cambio de apertura de mercados del Sur

por Goh Chien Yen

Los países en desarrollo también fueron el blanco de la Unión Europea, que está impulsando la liberalización de los mercados de productos industriales y de servicios en el Sur a cambio de una reforma agrícola de su parte.

En las negociaciones que tuvieron lugar en octubre, la Unión Europea reiteró que las concesiones que otorga en agricultura tendrán que estar vinculadas con una apertura real del acceso a los mercados de productos industriales y de servicios en los países en desarrollo. Así lo dejó en claro el comisario de Comercio de la Unión Europea, Peter Mandelson, durante la reunión mini ministerial realizada en Zurich el 10 de octubre, así como en la conferencia de prensa que dio en Ginebra dos días después.
En la rueda de prensa del 12 de octubre, los medios preguntaron a Mandelson acerca de la propuesta de establecer un “marco de referencia” en materia de servicios, según el cual los países en desarrollo tendrían que comprometerse a liberalizar cierto número de sectores de servicios. El comisario europeo contestó que se necesitan objetivos para los miembros en su conjunto a fin de intensificar los esfuerzos por lograr mejores ofertas. Quería que las negociaciones sobre servicios funcionaran sobre una base similar a las de agricultura y productos industriales.
En su declaración en Zurich, Mandelson insistió que las modalidades para realizar compromisos en las negociaciones sobre servicios y aranceles industriales deben redundar en un acceso real a los mercados de los países en desarrollo. Sin embargo, a la hora de considerar la cuestión de los aranceles agrícolas se mostró decididamente menos resuelto o ambicioso. Vinculó la tasa de reducciones arancelarias que podría hacer la Unión Europea con el número de productos sensibles que estaría autorizado a designar. Con relación a la elección de los productos sensibles, “esto lo harán los propios miembros de la OMC”, expresó.
Su declaración también guarda marcado silencio acerca de la necesidad de revisar los subsidios agrícolas de compartimento verde para asegurar que realmente no provoquen una distorsión al comercio, como lo exigieron los países del Grupo de los 20 y está estipulado en el marco de julio. La Unión Europea está en vías de trasladar crecientes volúmenes de ayuda interna al compartimento verde.

NAMA, la presión sobre los servicios

En el sector del mercado para los productos no agrícolas (NAMA), Mandelson dejó en claro la posición de la Unión Europea de que “las modalidades para la reducción arancelaria deben hacer las reducciones dentro de las tasas aplicadas por la mayoría de los miembros de la OMC, y el grado de consolidación debería aumentar sustancialmente en los casos en que los aranceles no están consolidados”.
Agregó que la Unión Europea está dispuesta a ofrecer que sus aranceles industriales tengan un tope de 10 por ciento, utilizando una fórmula suiza, siempre y cuando los demás países industrializados estén dispuestos a hacer lo mismo. A los países en desarrollo se les daría sólo un nivel arancelario máximo de 15 por ciento, después de aplicar la fórmula suiza.
Acerca del tema del trato especial y diferenciado en el sector del NAMA, Mandelson puso énfasis en la posición de la Unión Europea de que debería limitarse lo máximo posible y debería quedar vinculado al nivel de reducción arancelaria que hicieran los países en desarrollo miembros.
Tal como señalaron reiteradamente numerosos países en desarrollo en los últimos meses de las negociaciones, una fórmula suiza que no establezca coeficientes debidamente diferenciados para países industrializados y en desarrollo implicaría reducciones arancelarias mucho más profundas para estos últimos. Eso se debe a que los países industrializados y en desarrollo miembros tienen estructuras arancelarias muy diferentes. Numerosos países en desarrollo miembros han destacado en el pasado que este resultado contravendría el principio de “que no haya una reciprocidad plena” en los compromisos de reducción arancelaria contenidos en el párrafo 16 de la Declaración Ministerial de Doha.
Además, numerosos países en desarrollo han señalado también que el mandato de Doha estipula el trato especial y diferenciado, y que no debería estar vinculado al nivel de las reducciones arancelarias que tendrían que hacer conforme a la fórmula.
En el sector servicios, “el objetivo de la Unión Europea es aceptar en Hong Kong las modalidades que impondrán un grado de ambición claro para esas negociaciones, y que se ofrezca acceso a mercados nuevos”, expresó Mandelson.
Al respecto, las modalidades a ser convenidas en Hong Kong deberían incluir por lo menos cuatro elementos, según la Unión Europea.
En primer lugar, una fórmula multilateral de compromisos basada en un objetivo obligatorio para la cantidad de sectores de servicios en los cuales se exigiría a cada miembro que hiciera ofertas. En segundo lugar, un enfoque plurilateral donde una masa crítica de miembros establecería marcos de referencia “para guiar el nivel de compromisos en los sectores de interés” para ellos. “Esos marcos de referencia podrían tomar la forma de listas modelo”, observó Mandelson. En tercer lugar, deberían fijarse fechas claras y firmes durante los primeros cuatro meses de 2006 para la presentación de ofertas de servicios revisadas que reflejen tanto la fijación de objetivos multilaterales como, en los casos que sea pertinente, las listas modelo por sector. Y, por último, una discusión para verificar objetivos realistas para las negociaciones de “normas”, ya que no sería posible fijar objetivos más concretos para la reunión Ministerial de Hong Kong.
En la sesión anterior de las negociaciones en materia de comercio de servicios, la mayoría de los países en desarrollo miembros habían rechazado la fijación de marcos de referencia cualitativos y cuantitativos obligatorios en las conversaciones para todos los miembros.
El Grupo Africano, el grupo de los países menos adelantados (PMA), Brasil, Argentina, Filipinas, Indonesia, Jamaica, Barbados, Trinidad y Tobago y otros países en desarrollo han argumentado que esto es contrario a la estructura de liberalización progresiva contemplada en el Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios de la OMC, y el mandato aceptado sobre cómo deben conducirse las negociaciones sobre servicios.
La declaración de la Unión Europea también abarca la cuestión del “desarrollo”, que repite en gran medida algo de sus posiciones previas o de las posiciones en torno a las cuales ya hay acuerdo, tales como ofrecer un acceso libre de impuestos y libre de contingentes a los mercados para las exportaciones de los PMA y eximir a los PMA de los compromisos arancelarios.
Su declaración sumaria dice: “Una ronda gratuita para los PMA – sin reducciones arancelarias obligatorias. Cierta flexibilidad para otros países en desarrollo, pero la expectativa de un grado de ambición de parte de los países en desarrollo más adelantados”.
Esto es un claro intento de introducir o establecer una noción de diferenciación entre los países en desarrollo. Según un veterano diplomático comercial, la Unión Europea confía que la diferenciación que propone le permitirá hacer demandas más agresivas en los mercados de los países en desarrollo en los cuales está interesada, sin tener que enfrentar la resistencia de otros países en desarrollo.
Sobre sus publicitadas propuestas en materia de agricultura, la Unión Europea ofrece o propone lo siguiente: * En materia de apoyo interno, una reducción del 70 por ciento en su Medida Global de la Ayuda (MGA o compartimento ámbar), y por lo menos una reducción de 65 por ciento en los niveles máximos de apoyo de minimis, y posibles reducciones en los pagos máximos del compartimento azul.
* En la fórmula de reducción de aranceles, debería haber cuatro bandas, con reducciones mayores para los aranceles más elevados y cierta flexibilidad limitada en torno a una reducción lineal en algunas bandas. En la banda más alta, con aranceles por encima de 90 por ciento, la reducción sería por lo menos de 50 por ciento.
* Los países industrializados tendrían un “arancel agrícola máximo”, como lo propuso el Grupo de los 20. (El Grupo de los 20 sugirió topes arancelarios de 100 por ciento para los países industrializados y de 150 por ciento para los países en desarrollo. La declaración de la Unión Europea dice que la Unión Europea está dispuesta a aceptar esa propuesta.) * Recurrir mínimamente a (la flexibilidad de) los productos sensibles, y la voluntad de ofrecer contingentes más elevados de tarifas arancelarias para productos sensibles cuyas reducciones arancelarias caigan por debajo del promedio de reducción para su banda.
* En cuanto a competencia de las exportaciones, la Unión Europea reitera que se ponga fin a todos los subsidios a las exportaciones con una fecha final y un plazo concentrado al principio del período” a ser acordado en Hong Kong. No especifica la fecha. (SUNS)




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